Recordatorios de Buda, reconoce tus miedos
Los 5 recordatorios de Buda es una práctica meditativa, destinada a reconocer nuestros miedos primarios, relacionarnos con ellos y aceptarlos, como parte del ejercicio de vivir el momento presente, con plena consciencia.
En su libro “El Corazón de las Enseñanzas de Buda” (2000), el maestro zen vietnamita y monje budista, Thich Nhat Hanh (1926), señala que el mismo Buda aconsejó recitar los 5 recordatorios, cada día. Thich Nhat Hanh explica los 5 recordatorios de Buda, enunciándolos en frases de fácil comprensión:
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- “Por mi naturaleza estoy destinado a envejecer. No hay forma de huir del envejecimiento”.
- “Por mi naturaleza estoy destinado a caer enfermo. No hay forma de huir de la enfermedad”.
- “Por mi naturaleza estoy destinado a morir. No hay forma de huir de la muerte”.
- “Todo cuanto quiero y las personas que amo tienen la naturaleza del cambio. No hay forma de evitar tener que separarme de ello”.
- “Mis acciones son lo único que realmente me pertenece. No puedo huir de las consecuencias de mis acciones. Ellas son la base que me soporta”.
La comprensión de los 5 recordatorios de Buda
El objetivo de meditar con los 5 recordatorios de Buda no es adquirir una visión fatalista o pesimista de la vida, sino motivar la compresión sobre el fenómeno del cambio, y la liberación de los apegos producidos por el ego. Este tipo de entendimiento permite al individuo enfocarse en disfrutar el ahora, en lugar de perderse en divagaciones y angustia, sobre lo que puede suceder y está fuera de su control (ilusorio).
Los 5 recordatorios de Buda no se contraponen a la doctrina de la reencarnación y el karma, por el contrario, Thich Nhat Hanh destaca que el nacimiento y la muerte son conceptos relativos, no absolutos. “Debemos disolver la idea de la duración de la vida. Creemos que solos existimos desde un determinado momento hasta otro y sufrimos por ello. Pero si observamos a fondo descubriremos que nunca hemos nacido y que jamás moriremos”, explica el monje zen, en “El Corazón de las Enseñanzas de Buda”.
El guía espiritual budista señala también que “acarreamos con nosotros el mundo del no nacimiento y de la no muerte, pero nunca llegamos a sentirlo porque vivimos solo con nuestras ideas”. “La práctica consiste en liberarnos de ellas y percibir la dimensión última (el mayor alivio): el nirvana, Dios, el mundo del no nacimiento y de la no muerte”.
Al asimilar el miedo a la muerte, la enfermedad, el envejecimiento y la pérdida, entendemos que forman parte de la naturaleza humana (la experiencia corpórea), pero no trascienden hacia la parte divina. Con este conocimiento, es posible aprender a trabajar los sentimientos desde la base de la responsabilidad de las propias acciones, y no desde el miedo por lo que pueda acontecer en el futuro.
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