Torito de Pucará. Conoce la historia de este prodigioso amuleto
Uno de los amuletos más apreciados en la cultura peruana es el torito de Pucará, una figura de cerámica confeccionada por artesanos de los pueblos indígenas del Perú, en especial los Chepa Pupuja.
Al torito de Pucará, originario del departamento de Puno (Perú), se le atribuyen interesantes virtudes como protector del hogar, y amuleto para conseguir la felicidad conyugal, la fertilidad y la prosperidad.
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La tradición popular refiere que para que el torito de Pucará pueda ejercer sus funciones, debe colocarse en el techo o tejado de la vivienda, mirando hacia el frente (en dirección a la calle).
Se aconseja tener dos toritos de Pucará juntos (una pareja de machos o un macho y una hembra); aunque también es frecuente observar hogares donde solo hay un torito, o se coloca una cruz en medio de las dos figuras.
El torito de Pucará es representado en distintos colores, siendo los más populares el rojo (para propiciar el amor y la felicidad conyugal); el negro (para proteger contra la envidia); y el blanco (para atraer la paz).
Es importante señalar que el torito de Pucará es reverenciado como un amuleto para conseguir la fertilidad, tanto de la pareja que reside en el hogar que protege, como de los animales pertenecientes a la familia portadora.
Esta idea revela el carácter totémico del torito de Pucará, como figura que establece una relación entre la Naturaleza, los hombres y mujeres, y los poderes de la Divinidad.
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El origen del torito de Pucará
No se conoce con exactitud el origen del torito de Pucará, sin embargo, existen distintos mitos y leyendas que intentan explicar la relación de este tótem con lo divino y con la humanidad.
Una de las historias más difundidas sugiere que el torito de Pucará fue enviado por los Apus (las montañas), para que fungiera como guardián divino de las lagunas que encuentran en la Cordillera de los Andes.
Otra historia refiere que el torito de Pucará, es un recordatorio de la llegada de los conquistadores españoles, quienes introdujeron al toro en las comunidades andinas, un animal desconocido hasta entonces.
Al parecer, los extranjeros habrían involucrados algunos especímenes del toro en una celebración a la Madre Tierra, para lo cual adornaron a los animales y le colocaron picante en la nariz y la boca.
De acuerdo a esta leyenda, el torito de Pucará es la representación (o memoria) de aquellos primeros toros adornados pero, al mismo tiempo, furiosos por el picante en el rostro.
El tercer mito sobre el origen del torito de Pucará, cuenta la historia de un toro que se salvó de ser sacrificado a los dioses incas, durante una intensa sequía, cuando perforó la montaña con su cuerno, haciendo que brotará el agua.
Desde entonces, el toro fue reverenciado como guardián del agua y protector de la fertilidad de las cosechas.