Aurora boreal, ¿podría ser un fenómeno espiritual?
El alma de los difuntos que ascienden a los cielos. Un presagio de guerra y muerte. La energía de los poderes sobrenaturales contenidos en sublimes y maravillosas luces. Lo misteriosa que resulta la aurora boreal le hace creer a muchos que realmente podría ser un inminente fenómeno espiritual. En la época de los vikingos, entre los años 789 y 1100, comenzaron a afianzarse mitos sobre esta manifestación que nace en las regiones cercanas al polo norte. Y también al sur, con el nombre de aurora astral.
Durante esta época, se creía que la aurora boreal en realidad se trataba de las brillantes armaduras que utilizaban las guerreras del dios Odín, la principal deidad de la mitología nórdica. Los supuestos sonidos que acompañaban la majestosa exposición de colores rojizos, verdosos, azulejos y violetas ayudaron a consolidar las antiguas creencias.
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Pero con el paso del tiempo, cada una de las poblaciones fue dándole una lectura distinta. Las civilizaciones esquimales y los entonces habitantes de Groenlandia afirmaron que realmente era un portal hacia los senderos celestiales. Un puente abierto entre ambos mundos.
A través de las ráfagas de luz de la aurora boreal, podían descender los espíritus del más allá hasta nuestro espacio terrenal. Y quienes morían en la tierra, ascendían por intermedio de ella y manifestaban sus almas en este baile supuestamente fantasmal.
Dialéctica científica de la Aurora Boreal
Aunque culturas como las de Polonia, Alaska y Eslovenia mantienen la convicción de estos antiquísimos mitos, la ciencia se ha encargado de darle un aspecto más lógico a la aurora boreal. Científicos de todo el mundo han explicado que realmente es la consecuencia de que la radiación solar atraviesa los campos magnéticos de la tierra, que justamente parte desde ambos polos: norte y sur. Por eso, estas zonas son más propensas a ser escenario del maravilloso evento natural.
Durante los períodos de mayor actividad solar, entre los meses septiembre y octubre, su presencia es más habitual. Mientras nuestros países estén más cercanos a los polos, tendremos un asiento más cercano a la escena de luces de la aurora boreal.
Pero lo que también demostró la ciencia es que los sonidos son auténticos. Aunque podrían llegar con una diferencia de 15 minutos después de los destellos, a la aurora boreal la acompaña un crujido, zumbido o incluso un silbido tenue.
Estos ruidos podrían ser la consecuencia de una descarga de energía geomagnética que se produce en medio del fenómeno. Y aunque esta teoría no guarda una relación mística, hoy los estudios astrológicos demuestran lo que hace décadas negaban. ¿Será ese el caso de las leyendas espirituales?
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