Babalú ayé, el orisha de la muerte y la decadencia
Babalú Ayé es en la Santería u Orisha el padre de la curación de las enfermedades de la piel, la lepra, la viruela, las pestes, enfermedades contagiosas o enfermedades venéreas. Babalú ayé es un orisha especialmente temido y poderoso. Se le relaciona con la muerte y la miseria y con enfermedades como la peste, la viruela, y la lepra.
En general, es un orisha relacionado con todas las enfermedades infecciosas y las epidemias humanas. En este artículo descubrirás algo más sobre esta deidad del panteón orisha. En la Santería se le representa como San Lázaro de las muletas, que para la religión Yoruba tiene fuertes poderes milagrosos, es también el protector de animales, principalmente de los perros ya que en la imagen aparece con estos animales, imagen no reconocida por el catolicismo.
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El culto de Babalú Ayé viene de Benin donde tiene el nombre de Azowano, también llamado Yorùbá Babàlúaíyé (padre del mundo), también tiene otros nombres en África como Samponá o Sakpatá, sanador de la viruela y la lepra. En los Orisha representa el número 17 y sus múltiplos. Su color es el morado. Y como ya dijimos es asociado a San Lázaro y celebrado el 17 de diciembre.
Los orishas son deidades de la religión yoruba que, según se cree, actuaban de intermediarios entre los dioses y los hombres. La religión yoruba tiene sus orígenes en África occidental. Gran parte de sus creyentes fueron usados como esclavos en el continente americano por lo que hubo un gran movimiento de población entre los dos continentes. A los esclavos se les prohibía tener una creencia propia imponiéndoles la conversión al cristianismo.
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Historia de Babalú Ayé
De acuerdo a la mitología Oruba, Babalú Ayé es hijo de Nanã y Oxalá, nació con heridas y marcas en el cuerpo producto de una concepción desde la infidelidad. Al ver a su hijo malformado, Naña lo abandonó en las orillas del mar, donde luego lo encontró Lemanjá mordido por cangrejos y lleno de heridas, ésta lo acogió y lo cubrió con paja, dejando visible sólo piernas y brazos.
Cuenta la historia que caminando un día por unas aldeas, sintió hambre y pidió comida a los lugareños, éstos al verlo cubierto de paja, tuvieron miedo de él le negaron la comida y lo expulsaron del lugar. Al poco tiempo en los lugares que el pasó, los sembrados se quemaron, las mujeres quedaron enfermas y estériles y muchas personas sufrieron de la viruela y otras enfermedades.
Las personas atribuyeron todos estos males a aquel personaje cubierto de paja al cual habían negado alimento, así que decidieron llamarlo de vuelta implorándole el perdón y que volviera a sanar la tierra y a las personas. Babalú Ayé, atendió a sus pedidos y volvió a la aldea, aún tenía hambre y sed y los pobladores le dieron comida y bebida, le rindieron homenaje y el Santo fue sanando tierras, convirtiéndolas nuevamente en lugares fértiles, y sanado a las personas de las pestes que les habías aquejado.
Babalú Ayé, les dijo que nunca más negasen el alimento y la bebida a cualquier persona y continuó su camino. Volviendo a su tierra, encontró una fiesta de los Orixás y quedó observándolos en sus danzas con cierta timidez producto de su cuerpo siempre cubierto de paja.
Viendo esto la diosa del viento, Oyá (Yànsá), levantó sus pajas con el viento y curó sus marcas dejando que todos vieran lo hermoso, fuerte y viril que era. Desde ese día Babalú Ayé y Oyá se unieron contra el poder de la muerte, de las enfermedades, protegiendo a los hombres de éstas.
Es por todo esto que a Babalú Ayé se le ofrenda maíz tostado, y diversos granos tostados, agua de coco, vino, pescado cebolla, entre otros, para pedir por el bienestar de los enfermos y por la fertilidad de las tierras.
Características de los Omo Babalú ayé
Las personas regidas por Babalú ayé se preocupan mucho por el bienestar de los demás, tanto en su parte física, así como de su bienestar mental y espiritual. Pueden ser solitarios y misteriosos. Siempre están prestando ayuda, afecto y cuidados, sobre todo, a los que más lo necesitan y a los enfermos.
Babalú ayé en el sincretismo
El sincretismo fue un proceso originado por la supervivencia de la cultura y la creencia de la religión yoruba. Para conseguir ese objetivo mezclaron elementos, funciones y dioses, en la cual los esclavos africanos fingían venerar a las imágenes cristianas. Así la religión yoruba derivó en lo que actualmente conocemos como santería.
En el sincretismo, Babalú ayé se correspondía con San Lázaro, quien según los evangelios fue revivido por Dios, por ello comúnmente se nombre es utilizado como sinónimo de resurrección.
Bababalú ayé, algo de historia
En algunos territorios se considera que Babalú Ayé es hijo de Kehson y Nhyone Ananou mientras que en otras regiones se le considera hijo de Naná Bukurú, un orisha al que se le atribuye una gran espiritualidad y que se manifestaba a través de la lluvia.
Con independencia de sus rasgos familiares, los escritos indican que fue criado por Yemayá, la orisha osha que representa la intelectualidad y los caracteres combatientes.
Se le relaciona con la muerte por haber sido uno de los criadores de los 9 Eggún . Los Eggún eran los espíritus de los ancestros o antepasados difuntos. La religión yoruba, integra la muerte como un proceso natural de la vida y creen que sólo a través de la muerte se alcanza la santidad.
Representación de Babalú ayé
Se suele representar y honrar a Babalú ayé con un ajo, palma de coco y con un trozo de saco adornado con caracoles. Normalmente se le representa vestido con vestidos de paja y con el espinazo doblado, en una muestra más de la decadencia que las enfermedades y las epidemias traen con ellas. En las ofrendas a esta deidad orisha es común encontrar maíz, pan, agua de coco, ajo, cebolla, vino seco, incienso, etc…
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