Basílica de la Inmaculada Concepción: renovación espiritual
La Basílica de la Inmaculada Concepción es uno de los muchos templos dedicados a esta advocación mariana cuya festividad tiene lugar el 08 de diciembre. Existen diferentes Santuarios en varios países del mundo en su honor ubicados en Argentina, Colombia, España, Estados Unidos, Filipinas y Francia.
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Devoción a la Inmaculada Concepción
La Inmaculada Concepción es considerada como una de las fiestas más importantes de la Iglesia Católica. Muchos países la nombraron como su patrona, entre ellos Argentina, Brasil, Portugal, España, Uruguay y Estados Unidos. Precisamente, es en Estados Unidos, en Washington, donde se encuentra la Basílica de la Inmaculada Concepción. Tiene una especial importancia ya que se trata de la iglesia más grande de esta nación.
Adicionalmente, ocupa el octavo lugar a nivel mundial por lo que recibe a millones de peregrinos anualmente. Tiene capacidad para seis mil personas en la Gran Iglesia Superior. Por su parte, la Cripta de la Iglesia permite recibir a 400 fieles.
Muchas piezas de valor religioso se encuentran depositadas en esta Basílica, como la última tiara utilizada por el Papa Pablo VI.
Características de la Basílica de la Inmaculada Concepción
La estructura de la Basílica está dividida en dos partes. Una superior y una cripta. Adicionalmente, se pueden observar varios jardines. Destacan 70 capillas dedicadas a diferentes advocaciones a nivel mundial como una forma de representar la unión de todos los países del mundo, entre ellas la Virgen de Guadalupe o La Caridad del Cobre. Esta superficie ocupa cerca de 75.545 pies cuadrados.
Fue construida a partir del año 1920 aunque solo fue abierta en el año 1959. La iniciativa surgió del obispo de Baltimore, John Carroll, quien en 1792 realizó la consagración de Estados Unidos a la Inmaculada Concepción, quedando formalizada en 1847 por parte del Papa Pío IX.
En 1913, el Papa Pío X realizó el primer donativo a la Universidad Católica de América a manos de su rector Thomas Joseph Shahan. El terreno fue cedido por el Consejo de Administración de la Universidad Católica de América, justamente en un área ubicada en la zona suroccidental.
La noticia sobre la construcción de la Basílica así como el boletín sobre la promoción del proyecto, se dio a conocer en enero de 1914 a través del Salve Regina. Las donaciones comenzaron a llegar a partir de entonces y el 23 de septiembre de 1920 se coloca la primera piedra.
Las puertas se abrieron el 20 de noviembre de 1959 cuando se celebró la primera Eucaristía en la parte superior de la Basílica, aunque los trabajos continuaron varios años para garantizar la finalización de los mosaicos.
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