Benjamín Solari Parravicini: el artista profeta

Sin duda alguna, Benjamín Solari Parravicini se cuenta dentro de los profetas más conocidos de los últimos tiempos. Pero ¿quién fue Benjamín Solari Parravicini y por qué se le considera un vidente o profeta? Los orígenes de Benjamín Solari Parravicini están en Argentina.

Benjamín Solari Parravicini: todo lo que necesitas saber

Orígenes de Benjamín Solari Parravicini

Benjamín nació en Argentina en el seno de una familia adinerada, su padre era siquiatra y fue el mayor de ocho hermanos. Desde muy pequeño hablaba de hadas, duendes, ángeles, entre otros, por lo cual su padre lo sometió a varios exámenes, pero nunca encontró ningún trastorno siquiátrico en él. Al crecer, Benjamín Solari Parravicini se dedicó a la pintura y escultura, de manera bastante exitosa.

El Nostradamus argentino

Precisamente por sus pinturas y esculturas, fue que a Benjamín Solari Parravicini lo llaman el Nostradamus Argentino. A través de su arte: dibujos, pinturas, frases y esculturas, el señor Solari vaticinó varios acontecimientos, tanto a nivel nacional como internacional. Desde muy pequeño dibujaba sus profecías, y fue así como señalaba constantemente el inicio de una gran guerra en el año 1914. Fecha que posteriormente coincidió con el inicio de la Primera Guerra Mundial.

Su abducción

De la misma manera, Benjamín Solari Parravicini manifestó en una oportunidad, que había sido abducido por ovnis mientras se encontraba sentado en un banco en pleno centro de Buenos Aires. En esa ocasión señaló, que los seres extraterrestres le habían hablado sobre amor y paz, en conjuntos de tres palabras.

Sus principales profecías

A través de sus dibujos y pictogramas, Solari empezó a manifestar sus pensamientos y las voces, que él decía escuchar. A estos dibujos, él mismo los llamo psicografías premonitorias o dibujos proféticos. Benjamín Solari Parravicini vaticinó en múltiples oportunidades que la humanidad se estaba encaminando a épocas caóticas gracias al consumo excesivo de drogas y la creación de nuevas armas.

Tal vez su profecía más famosa tiene que ver con su dibujo de la Estatua de Libertad cayendo, pues muchos han señalado que esto tiene que ver con el atentado a las Torres Gemelas en el 2001. En dicha pictografía señaló: «La libertad de Norteamérica perderá su luz, su antorcha no alumbrará como ayer y el monumento será atacado dos veces»

También se le atribuye que con sus dibujos profetizó las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, la revolución cubana, la carrera armamentística entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética, e incluso la llegada del Papa Francisco al Vaticano. Otras profecías muy famosas de Benjamín Solari Parravicini tienen que ver con la llegada de un presidente negro a Estados Unidos (Barack Obama), en la cual señaló: “La estufa norteamericana será encendida por el nuevo negro”.

De la misma manera, en el campo médico y científico el Nostradamus Argentino dejó varias profecías. Por ejemplo en uno de sus dibujos proféticos manifestó que se haría un trasplante de corazón, y en otro habló sobre la “maternidad artificial cultivada”.

Tal vez, en la actualidad la profecía de Benjamín Solari Parravicini de la que más se habla es la del asesinato de Donald Trump, pues en uno de sus dibujos escribió: “¡Principio del fin! Será muerto el hombre orquesta de Norte América”. Esto se ha interpretado por sus seguidores como un anuncio de la muerte del presidente actual estadounidense.

Críticas a sus profecías

Sin embargo, y pese a que Benjamín Solari Parravicini tiene bastantes seguidores, sus críticos también son muchos y muy férreos. Quienes no creen en las habilidades de Solari, señalan que sus profecías son demasiado vagas y amplias, y por lo tanto tienen múltiples interpretaciones y aplicaciones a muchas situaciones.

Además, por su condición religiosa (Solari era católico), muchas de sus profecías están regidas por posiciones filosóficas católicas. Esto ha llevado a sus detractores a señalarlo más como alguien exageradamente místico y en extremo machista. Como siempre, es decisión de cada quien si cree o no en este tipo de manifestaciones. Lo que sí es cierto, es que nuestra vida la labramos nosotros mismos.

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