Bonsái de cuarzo, activador de la buena fortuna
El bonsái de cuarzo, tal y como su nombre lo indica, es una estatuilla o figura elaborada con cristales naturales, resinas y elementos metálicos, que simulan las hojas, tronco, raíces y ramas de un pequeño árbol. El arte de cultivar bonsáis (árboles en miniatura cuyo crecimiento fue reprimido intencionalmente), surgió hace más de mil años en China, presumiblemente en el interior de los templos taoístas.
Para los monjes taoístas el cuidado del bonsái era un ejercicio de meditación, ya que el pequeño árbol simbolizaba la relación entre lo humano y lo divino (Tierra – Cielo). Con el paso de los años, los bonsáis fueron popularizándose, tanto en su forma original (especie vegetal viva), como en representaciones del mismo, elaboradas en distintos materiales (cerámicas, resinas, textiles).
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Una de las versiones del bonsái, que mayor difusión han alcanzado en especial con el despertar de la Nueva Era, son los árboles en miniatura confeccionados con cristales de cuarzo. El usuario debe seleccionar el bonsái de cuarzo, de acuerdo con la energía que desea activar; por ejemplo, para atraer amor y armonía suele escogerse un árbol de cuarzo rosa, kunzita o turmalina rosada.
Un bonsái de cuarzo creado con amatistas puede transmutar la energía del entorno, y facilitar procesos de estudio y meditación; mientras que el de jade promueve la prosperidad, y el de cuarzo cristal la serenidad y espiritualidad.
Existen modelos de bonsái de cuarzo que cuentan con un solo tipo de cristal, y otros que reúnen diferentes especímenes. El precio de los mismos, varía dependiendo del tamaño de la figura y el tipo de piedras utilizados.
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¿Dónde colocar el bonsái de cuarzo?
El bonsái de cuarzo es principalmente un activador energético asociado a las corrientes espirituales de la Nueva Era; no obstante, también es empleado por los modernos practicantes del Feng Shui. Cabe destacar que los antiguos maestros del Feng Shui no recomendaban la colocación de bonsáis en el interior de la vivienda, salvo que se tratará de una estancia dedicada a los mismos o donde permanecía un enfermo.
Esto se debe a que el crecimiento del árbol bonsái es reprimido intencionalmente por la persona que lo cuida (simbólicamente se estaría cortando el crecimiento o expansión del sujeto). En el caso de las personas con dolencias, el bonsái actuaría de la misma forma, pero retrasando los avances de la enfermedad, favoreciendo con ello la recuperación del individuo.
Teniendo en cuenta esta información, lo más importante es que antes de introducir un bonsái de cuarzo o natural a tu hogar, te preguntes qué sientes hacia él o qué tipo de sentimientos despierta en ti. Mientras mayores sean las emociones positivas, mejores efectos tendrá el objeto en el entorno. Los expertos aconsejan colocar el bonsái de cuarzo en el escritorio, la biblioteca o la sala del hogar.
Antes de situar este elemento activador, se recomienda limpiarlo energéticamente, rodeándolo con el humo de un incienso de sándalo o mirra. Repite el procedimiento siempre que consideres necesario.
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