Calaca: cuando la muerte no es símbolo de tristeza
Las costumbres relativas al tránsito del mundo terrenal al espiritual son de lo más variadas a lo largo del planeta. En España, por ejemplo, el Día de Todos los Santos es un día de visita a los seres queridos fallecidos y supone una jornada cargada de tristeza. Sin embargo, en Méjico el festival del Día de muertos está lleno de calacas que celebran con alegría el viaje a una vida mejor.
Durante dicha festividad se pueden encontrar un gran número de calacas talladas en madera, elaboradas en cerámica cocida o dulces con esta forma. Una decoración que en otros lugares podría resultar chocante pero lo cierto es que resulta una manera muy optimista de afrontar el paso de una vida a la otra.
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La alegría de la calaca
Generalmente los esqueletos y calaveras son representados mostrando actitudes alegres. Lo mismo llevan trajes festivos, que bailan o tocan diferentes instrumentos musicales. Lo importante es que mantienen una actitud positiva ante el viaje del alma al más allá.
El origen de este concepto se remonta a las tradiciones mejicanas anteriores a la llegada de los españoles. La muerte tan sólo es una parte natural de la experiencia humana y forma parte del ciclo de la vida. El cuerpo físico desaparece pero el alma no se pierde en el olvido. Perviven en el recuerdo de sus seres queridos y los vuelven a visitar durante el Día de Muertos.
Por tanto es una fecha para festejar el reencuentro. La calaca está siempre presente en tan señalada fecha. Saludan y alternan con los espíritus de los fallecidos que vienen a ver a los vivos.
Cuando la muerte visita a una persona, sus conocidos y familiares suelen decir, se lo llevó la calaca. Es decir, la muerte se lo llevó. En Guatemala, en cambio, calaca es un signo negativo de muerte, lejos del carácter alegre que representa en Méjico.
La calaca en el Día de Muertos
Su origen se remonta a la época prehispánica. Algunos pueblos guardaban las calacas de los muertos para exhibirlos durante las celebraciones importantes, a modo de símbolo de muerte y renacimiento.
Entre las características de este día están las ofrendas de bienvenida; las velas sobre las tumbas; la flor de cempasúchil (su color amarillo iluminaba el camino de las almas de los muertos según creencias prehispánicas); el pan de muerto, un dulce recubierto de azúcar que a veces tiene forma de esqueleto o animal…
Aunque sin duda la reina de la fiesta es la calaca. A su alrededor gira toda la celebración. Es el disfraz característico para este día. También se utilizan las calacas para realizar versos irónicos sobre personajes populares vinculados con la muerte.
La Catrina
Una combinación de calacas y flores da lugar a la Catrina, el personaje más característico del Día de Muertos. Se trata de una figura femenina creada hace más de un siglo por el caricaturista José Guadalupe Posada. Inicialmente se llamaba La Calavera garbancera. Simbolizaba a las mujeres de clase baja que aparentaban ser mujeres de la alta sociedad. El término garbancero hace referencia a los indígenas que vendían garbanzos así como a aquellos que ocultaban sus raíces para parecer españoles.
Fue el famoso muralista Diego Rivera quien la bautizó como Catrina, inmortalizándola en el cuadro mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”. Actualmente el disfraz de la dama de la muerte es el de una mujer ataviada con traje victoriano, flores, elementos folclóricos y con la cara maquillada como una calaca.
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