Calavera mexicana para conmemorar el Día de los muertos
La calavera mexicana es una pieza decorativa, empleada durante la celebración del Día de los Muertos, el 1 de noviembre. No representa tristeza o pesar por la muerte, sino alegría.
De esta forma, a través de la calavera mexicana, un hecho trágico como la muerte adquiere una lectura totalmente diferente. Es una tradición, que se remonta a este país pero que se ha extendido a otras naciones latinoamericanas y europeas. Se dice que parte de esta costumbre llegó a Estados Unidos, bajo la festividad de Halloween.
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Su uso también se ha extendido a otras manifestaciones, cómo tatuajes u otras expresiones artísticas. No se trata de desafiar a la muerte sino de expresar un profundo respeto hacia ella y de comprender que es un proceso natural y mientras más fácil sea asimilado, menos dolor causará en las personas.
Orígenes de la calavera mexicana
El origen de esta tradición comienza en el año 1957, bajo el gobierno de Benito Juárez y luego de Sebastián L. de Tejada y Porfirio Díaz, momentos en que fue mucho más evidente la diferenciación de clases sociales.
Un grupo de campesinos decidió abandonar el cultivo de maíz para dedicarse al de garbanzos. En realidad, pretendían asumir un estilo de vida europeo, diferente a sus orígenes. Esta situación fue considerada como una traición a la propia cultura mexicana. En los medios de comunicación, comenzaron aparecer fuertes imágenes de la calavera garbancera, que criticaba duramente esta actitud. Con el tiempo, esta situación sufrió modificaciones y comenzó a vincularse con la tradicional Fiesta del Día de los Muertos.
Los festejos comienzan el día 31 de octubre, cuando todas las familias visitan los panteones, para limpiarlos y arreglarlos para la celebración. En muchas ciudades de México, se realizan festivales que perduran por más de diez días, en donde el elemento predominante es la calavera mexicana. También se acostumbra a regalar calaveras mexicanas de azúcar, para indicar que la muerte es un momento dulce.
Los colores empleados en la calavera mexicana no son al azar. El amarillo, por ejemplo, simboliza la flor cempasúchil o de veinte pétalos, que se utiliza en las ofrendas. Por su parte, el color rojo simboliza la sangre, mientras que el negro denota la conexión del mundo de los hombres con el mundo de los muertos.
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