Ceromancia, cómo hacer predicciones con la cera de una vela

El fuego siempre ha sido un compañero imprescindible para el hombre, desde que lo descubrió en eras muy remotas. Una vez que supo cómo encenderlo, se preocupó por mantenerlo. Los soportes en los que podía hacerlo eran variados, como hogueras, antorchas, velas… Y son éstas últimas quienes les permitieron desarrollar un arte adivinatorio denominado Ceromancia.

Tal sistema de predicción está basado en la cera con la que se elaboran las velas. Así, observando la manera en la que se derrite la cera, el experto de este método adivinatorio podrá descubrir sucesos del pasado, presente o futuro del consultante.

La Ceromancia la han utilizado celtas, griegos, romanos o los pueblos nórdicos. Y es que, la manera en que se derrite la cera, y la dirección que toman las gotas que forma, permite al ceromante obtener una información fabulosa. Ni más ni menos que saber lo que le ocurre, ha ocurrido o puede ocurrir a la persona que le consulta. Un mundo de certezas y posibilidades sobre el que poder actuar.

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Ceromancia, en sentido estricto y en sentido amplio

Ceromancia en sentido estricto

Utiliza únicamente la cera derretida de la vela para interpretar los mensajes ocultos. Cuando la cera forma una pequeña cascada al quemarse y se desprende por los lados de la vela, ésta nos indica que alguna influencia extraña desafía al consultante. En este caso lo mejor es apagarla y comenzar la consulta de nuevo con otra vela.

Siempre es recomendable estrenar velas nuevas, pues al arder por primera vez estarán libres de cualquier posible vicio. La forma más adecuada de apagar la llama es utilizando los dos dedos de la mano derecha previamente mojados. Nunca debe hacerse soplando, con la fuerza del aliento. Y es que el aliento implica vida, y la vida no mata el calor.

Ceromancia en sentido amplio

Es aquella que en la que la adivinación se realiza utilizando la cera derretida y el agua. Es una interpretación más amplia que aquella que únicamente se vale de la cera de una vela. Al utilizar el agua recibe también el nombre de hidromancia.

Este método tan sólo necesita que caigan unas pocas gotas de cera sobre agua fría de una manera espaciada. El consultante es quien debe detener el vertido de las gotas cuando lo crea necesario. El contacto con el agua fría endurece las gotas y forma figuras o símbolos a interpretar por el ceromante. Éste debe recurrir también a su intuición para lograr dar al consultante la mejor de las respuestas.

La Ceromancia supone un sistema de adivinación que utiliza la cera derretida de las velas para adivinar sucesos del pasado, presente o futuro de la persona que hace la consulta.

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