Cómo conseguir la paz verdadera
En la vida y en nuestro viaje espiritual, hay principalmente tres cosas que nos impiden ver la Verdad y la realidad de cómo son realmente las cosas frente a las fantasías e imaginaciones de la mente. Siempre que nos encontremos estancados sin poder avanzar en nuestro camino, la forma más fácil de desbloquearnos es mirar dónde nos aferramos en contra de la corriente de la Vida, con nuestro apego y expectativas. En última instancia, este camino hacia la paz se trata de dejar ir y rendirse a la verdad de la vida, del alma y del espíritu. Cada vez que tengamos un apego ”bloqueante”, o intentos de controlar los resultados, etc., ten la seguridad de que eso es apego proveniente del ego y por ello lo mejor es dejarlo ir. Vea en este artículo cómo tener la paz verdadera.
Por lo general, el apego tiene que ver con estas tres cosas
Nuestros deseos, opiniones y nuestros miedos.
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Entonces, para dejar atrás el apego y llegar a un lugar de paz, podemos observarnos, así como a nuestros pensamientos, creencias y emociones para abrirnos a la verdad del momento presente y al cambio de la vida, siempre presente y constante.
La vida es cambio, pero cuando nos aferramos en contra del fluir de la vida con nuestros deseos, opiniones y miedos limitantes, tendemos a sentirnos bloqueados.
Es como si hubiera un río de la vida que fluye y nos golpeamos obstinadamente la cabeza contra una roca, haciendo todo lo posible por seguir nuestro propio camino en contra de la corriente, mientras el río de la vida fluye de manera natural. En realidad lo que debemos hacer es básicamente dejar de ”golpearnos la cabeza contra la roca”, de ir contra corriente y en vez simplemente dejarnos llevar por ella, la corriente, en este caso de la vida.
Por lo consiguiente veamos los factores bloqueantes de nuestra esencia, los cuales provienen del ego, de nuestro sistema de pensamiento erróneo.
Cómo conseguir la paz verdadera: Los deseos en contra del fluir de la vida
¿Cómo estás queriendo ”imponer” tus deseos a la vida?
«¡Quiero eso y no esto!”. Con ello consigues que el momento presente sea ”incorrecto” de alguna manera a la verdad actual del momento. También ello ocurre cuando estás pensando que algo, alguien que no tienes en este momento te hará feliz. ¡Deja de proyectar en el futuro!
Pregúntate: ¿Cómo estás tratando de manipular la vida para «conseguir lo que quieres»?
Se trata de gestionar nuestro diálogo interno, calibrando y observando tu mente, y las emociones que te producen ese sistema de pensamiento erróneo, en lugar de que tu ego lleve el control. Es cuando nos identificamos con la mente errónea, esa parte de nuestra mente que es el ego, el momento en que sufrimos porque no sabemos fluir con la vida.
Sin embargo no tengas miedo de tu propia mente y tus sentimientos sean los que sean, pero no te identifiques ”necesariamente” con ellos. Tú esencia es mucho mas transcendental que todo ello, tu esencia es tu alma que está en contacto con el campo cuántico, el campo de todos los potenciales en el infinito momento presente. Al observar desde la aceptación y el desapego cada momento, podemos entonces experimentar el instante santo, la presencia.
No se trata de fingir felicidad, gratitud, amor o paz pensando que eso te ayudará a «atraer» lo que crees que necesitas y deseas, ya que eso solo conduce a más engaños y autoengaños. También es importante la coherencia y por ello calibrarnos primero con nosotros mismos, en pensamiento, palabra y obra. Es mediante la aceptación del presente que consigues la paz.
Tus opiniones provenientes de un dialogo interno de carencia
¿Cómo piensas, juzgas que tu situación es incorrecta, que lo que te pasa debería ser de otra manera?
¿Qué tal mirarlo sin ninguna opinión, sin juicio en absoluto? Se completamente neutral. ¡Deja atrás la justificación y el victimismo!
Cómo conseguir la paz verdadera – Los miedos limitantes
¿Cómo te estás asustando con tus propios pensamientos?
Cada vez que sientas miedo, observa cuales son tus creencias. Los pensamientos surgen en la conciencia y luego tu mente proveniente del ego los hace reales y el miedo se presenta.
Para tener la paz verdadera vuelve al momento presente y comprende que no hay nada que temer.
Vivimos en verdad en constante incertidumbre, solo existe la probabilidad de los potenciales del campo cuántico. Nadie sabe lo que está a la vuelta de la esquina, puede que sea algo grandioso o pudiera haber un desafío, pero de cualquier manera no está sucediendo en este momento, por lo que no es necesario intentar controlar ningún resultado futuro. ¡Deja atrás la preocupación! No sabemos nada sobre el momento siguiente, así que relájate. Solo existe el eterno presente.
El ego desea desesperadamente pensar que puede controlar los resultados o cómo se desarrollarán las cosas, corregir lo que ha sido, por lo que crea diferentes escenarios, imágenes y diálogos dibujando un ”drama” en nuestra mente que solo ocurre en nuestras cabezas:
Por ejemplo nos decimos: ”… y luego, cuando él diga eso, le diré eso … y si ella dice que lo soy … haré esto y aquello … y luego …».
Si verificas la realidad te darás cuenta: ¿Cuántos de esos escenarios imaginados e imaginarios han llegado a suceder en la realidad? Por lo general, las cosas siguen su propio mecanismo, con el fluir de la vida a su propio ritmo, o se desarrollan de una manera totalmente diferente a la que nuestras mentes imaginan de antemano, en la mayoría de los casos. Podemos planear pero no controlar en un 100% los potenciales.
La ‘solución’ a cualquier dilema, miedos sobre el futuro es RENDIRSE, LA ENTREGA, LA RENUNCIA a todo aquello que no sea la presencia, al momento presente en este instante.
Para tener la paz verdadera entrega tus miedos y preocupaciones así como tus creencias limitantes a la vida. Respira profundamente y di algo como esto, mejor con tus propias palabras y en voz alta:
Lo admito. Podría estar equivocad@. Realmente no sé nada sobre esto.
Todo lo que tengo son opiniones y esas no son ciertas, son simplemente opiniones que provienen de mis miedos e imaginaciones.
No tengo ni idea de lo que está pasando en realidad. Yo lo admito.
No tengo ni idea. Quizás las cosas que creo que necesito no son las que necesito en absoluto. No puedo saberlo.
Puedo pensar que lo sé, pero ahora admito que podría estar equivocado. Dejo ir todas mis opiniones sobre esto.
Me doy cuenta de que todos los miedos que tengo sobre esto están en mi mente y no están sucediendo realmente en este momento, así que son imaginaciones.
Estoy dispuesto a dejar ir lo que creo que quiero y necesito.
En cambio, me sentaré aquí y escucharé lo que la vida quiere de mí.
Estoy abiert@ a la la vida ahora.
Luego simplemente escuchas, pero sin esforzarte por escuchar. Es más como una meditación ”atenta” al momento presente, en la que dejas todas tus preocupaciones en la conciencia y las dejas ahí sin tratar de resolver nada.
Ello te vuelve receptivo a la vida, pero no esperes con ello ninguna respuesta específica de inmediato.
Vendrán cuando se supone que deben hacerlo según la Providencia, según el campo cuántico, cuando la vida quiera y sea el mejor momento para crear el mejor potencial posible. Al estar receptivos a la verdad, la vida se mostrará, por lo general, en breve para qué se manifieste.
No hay nada más poderoso que la entrega, despojando todas tus luchas, tus miedos y luego te quedas callado y escuchas.
Muchas personas están atrapadas tratando de resolver las cosas, de controlar, tratando de hacer que las cosas sucedan de la manera que creen que es la mejor, cuando la mejor manera es dejar ir para que así se haga la voluntad de la vida.
La Verdad de quién eres así emergerá y te mostrará a ’ti’, tú siendo con la vida qué hacer, la inspiración necesaria para la acción, o te llevará en una dirección en la que encontrarás o recibirás alguna indicación para la continuación de tu viaje , pudiendo ser ello una persona, un libro, un «cartel», una oportunidad, una idea, etc para que encuentres así tu camino.
Siente tu cuerpo por un momento, tu respiración, pon la mano en tu pecho y observa dónde podría estar tu apego, tu culpa, ¡tu angustia y ansiedad y suelta! La vida siempre por ley te reconduce a la paz más benévolamente, si cabe, si te dejas guiar por ella.
¡Fluye con la vida!
Deja ir tus deseos, opiniones y miedos.
Solo así encontrarás la verdadera Paz.
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