Cómo nos relacionamos según los besos que damos
El acto de besar es tan común que casi ni pensamos en la que estamos haciendo contiene mucha información sobre nosotros mismos y, aún más interesante, información sobre cómo nos relacionamos según los besos que damos. De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, besar es el acto de tocar u oprimir con un movimiento de labios a alguien o algo como expresión de amor, deseo o reverencia, o como un saludo.
Según la tesis que defiende en su investigación Sheril Kirshenbaum- una joven científica de la Universidad de Texas que estudió cómo nos relacionamos según los besos y que, finalmente, escribió un libro llamado El arte del besar, – la información que se transmite al besar puede darnos muchas luces sobre nuestra personalidad. Kirshenbaum analizó la química generada en nuestro cerebro en el momento de besar a alguien y diseñó un patrón de tipos de besos que pueden denotar diversos comportamientos.
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Para la investigadora, cómo nos relacionamos según los besos que damos, no responde a patrones culturales, sino más bien a procesos químicos. En ese sentido defiende que “no hay mejores o peores besos para un tipo de persona, sino que más bien se trata de combinaciones”. “Los labios tienen un sinfín de terminaciones nerviosas que, normalmente generan una sensación agradable al besar. Además, al hacerlo se libera una hormona, la oxitocina, que genera cierto apego con la otra persona”, sostiene la investigadora.
Por ello, no es extraño sentir más complicidad con una persona a la que hemos besado.
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Descubre cómo nos relacionamos según los besos que damos
A continuación te presentamos una lista de los tipos de besos y lo que manifiestan:
- Un beso sencillo y suave en los labios. Sin grandes esfuerzos, ni posturas extrañas. Generalmente estos besos indican verdadera confianza y amor al otro.
- Un beso en la mejilla refleja amistad, afecto y respeto.
- Un beso con los labios completamente cerrados, de lo que no permiten presencia de humedades, revelan que nos sentimos ligeramente incómodos en ese momento o con esa persona en concreto.
- El conocido beso de spiderman, en el que nos encontramos en posturas diferentes, uno para arriba y otro para abajo, puede revelar sorpresa, excitación y, por supuesto, que no se quiere perder la oportunidad de dar un beso a la persona que queremos o deseamos.
- Besos con un pequeño mordisco. Este tipo de besos son pícaros y traviesos, dan pie a un mayor contacto físico. De alguna forma, indican un poco de sadismo, lo que para algunos lo hace más excitante.
- Un beso suave, posando tus manos sobre las orejas y cuello de la otra persona, todo con mucho mimo y suavidad, sin aplicar presión ninguna. Este tipo de besos tienen mucho más que ver con el cuidado, la atención y la ternura.
- Un beso en la frente o incluso en el párpado de la otra persona. Este tipo de besos nos hablan de protección, si pudiésemos ponerle subtítulos a ese momento, éstos podrían ser algo parecido a “tranquilo, yo estoy velando tu sueño”.
- Un beso apasionado, con intercambio de saliva, aplicando presión y fuerza, suele denotar un fuerte deseo sexual. Es como un abandono del cuerpo, en el que lo único que se desea es entregarse al otro.
- El clásico pico, el que se da con los labios cerrados y dura apenas un segundo. En relaciones estables puede ser hasta una forma de salud, y cuando la otra persona es nueva en nuestra vida suele ser hasta una forma de probar y experimentar. Si nos gusta la sensación que obtenemos, repetiremos con más tipos de besos y con mayor intensidad.
- El beso de mariposa, para el que no es necesario emplear los labios, sino aproximarse mucho a la cara de la otra persona, de forma que las pestañas se rocen.
- El beso francés, aquel en el que más que unir los labios se unen las lenguas y se mueven para explorar al otro. Son besos con una fuerte carga sexual y que nos indican que queremos más de la otra persona.
Según la investigadora de El arte del besar, las parejas que mejor química tienen al besarse, suelen tener una relación más sana, lo que les convierte en parejas más felices. A través de estos once ejemplo hemos aprendido algo más sobre cómo nos relacionamos según los besos que damos. ¿Te atreves a ponerlos en práctica?