Coronilla de la Misericordia, oración milagrosa
La Coronilla de la Misericordia es un ritual de la Iglesia Católica, que invoca la protección y clemencia del Todopoderoso, ante los pecados del mundo. El mismo fue dictado por Jesucristo a la religiosa polaca, Santa María Faustina Kowalska (1905 – 1938), canonizada por el Papa Juan Pablo II, en el año 2000.
Santa Faustina recibió estigmas, revelaciones y visiones en su conexión con Jesús, quien le enseñó los 3 elementos necesarios para obtener la compasión del Cielo:
- La imagen del Jesús de la Divina Misericordia o Cristo de la Misericordia, en la que puede leerse “Jesús en ti confío”.
- La celebración de la Fiesta de la Misericordia. Fue instaurada por el Papa Juan Pablo II, el 23 de mayo de 2000. Se conmemora el segundo domingo de Pascua.
- La práctica de la Coronilla de la Misericordia. El rito fue dictado por Jesús a Santa Faustina en Vilna (Lituania), en el mes de septiembre de 1935.
Para rezar la Coronilla de la Misericordia, solo hace falta tener fe en la gracia de Dios y un rosario de cuentas, sencillo.
Su uso es recomendado a los moribundos, y en especial para aquellos momentos cuando se requiere consuelo, amparo, perdón y confianza en el amor activo de la Divinidad.
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¿Cómo entonar la Coronilla de la Misericordia?
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo.Santificado sea tu Nombre.Venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.Amén
Ave María
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte.
Amén
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
A continuación, tocando las cuentas del rosario que corresponden al Padre Nuestro (las cuentas grandes), se dice una vez:
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.
Terminada esta parte de la oración, se toman las cuentas del rosario destinadas al Ave María (cuentas pequeñas), y se repite 10 veces la frase:
Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Se concluye el oficio religioso, repitiendo 3 veces la petición:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
La práctica de la Coronilla de la Misericordia no toma más de 5 minutos.
Algunos autores recomiendan recitarla a las 03:00 de la tarde (15:00 horas), por ser el momento estimado de la Crucifixión, además del espacio temporal que Jesucristo recomendó a Santa María Faustina Kowalska, en una de sus visiones, llamándolo “Hora de la Misericordia”.
Sin embargo, la Coronilla de la Misericordia puede ser rezada en cualquier momento, siempre que se requiera reconfortarse con la presencia Divina.
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