Corpus Christi: la fiesta de celebración de la Eucaristía
A lo largo de la historia del cristianismo la Iglesia ha impulsado a los fieles a amar la Eucaristía. El Corpus Christi es la festividad que celebra este sacramento de consagración del pan y el vino como memorial de la muerte y resurrección de Jesucristo. Es el cuerpo de Cristo lo que se bendice.
Una importantísima fecha destinada a notificar a los cristianos la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento. Su celebración se produce el domingo siguiente a Pentecostés. Por lo tanto, el Corpus Christi es conmemorado sesenta días después del Domingo de Resurrección. Concretando mucho la fecha, tiene lugar el jueves que sigue al noveno domingo tras la primera luna llena de primavera del hemisferio norte. No obstante, en ciertos países la celebración se ha pasado al domingo siguiente, adaptándose así al calendario laboral.
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La importancia del Corpus Christi para los cristianos
El sacramento de la Eucaristía nació de manos del propio Jesús. Mientras compartía mesa con sus apóstoles durante la Última Cena dijo: Tomad y comed, este es mi cuerpo, tomad y bebed, esta es mi sangre… Sencillos gestos y palabras con los que hizo partícipes de su sacerdocio a los apóstoles. Desde este momento les indicó que hicieran lo mismo en adelante, en homenaje a su memoria.
La palabra Eucaristía proviene del término griego eucharistía, cuyo significado es Acción de gracias. Jesucristo dio las gracias a su Padre cuando creó este sacramento, por lo que terminó denominándose así.
La celebración del Corpus Christi fue establecida por el obispo Roberto de Thorete, a sugerencia de Santa Juliana de Mont Cornillon, en 1246. Se consagró por primera vez en la diócesis de Lieja, Bélgica.Tras el milagro eucarístico de Bolsena, acaecido en el siglo XIII, el Papa Urbano IV extendió la Solemnidad del Corpus Christi a toda la Iglesia. Lo hizo mediante la bula Transiturus, estableciéndola el jueves siguiente al domingo de la Santísima Trinidad.
En el Concilio de Trento celebrado en el siglo XVI se indica que en la Eucaristía se encuentra realmente el cuerpo y la sangra de Nuestro Señor Jesucristo. Junto a ellos también podemos encontrar su Alma y Divinidad.
Durante la celebración de la misa los sacerdotes y obispos convierten el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo en el momento de la consagración. Tal proceso recibe el nombre de Transubstanciación. La festividad del Corpus Christi es uno de los cinco momentos del año en los que un obispo nunca puede encontrarse fuera de su diócesis. La única excepción es que suceda razón urgente y grave.
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