Los secretos de Inanna, la diosa sumeria del amor y la guerra
Dentro de las antiguas civilizaciones que poblaron el mundo, la sumeria está considerada como la primera de todas. La región estaba situada en el sur de la antigua Mesopotamia, entre las planicies aluviales de esos dos ríos tan famosos en la historia de la humanidad como son el Eúfrates y el Tigris. Entre sus diosas estaba Inanna, considerada la divinidad tanto del amor como de la guerra, así como la encarga de proteger la ciudad de Uruk.
Venus es el planeta que tiene asociado. Si se relaciona con otras mitologías podemos ver que Inanna puede identificarse con la Astarté fenicia o la Afrodita griega. Cuando llegaron los acadios pasó a fusionarse con la deidad Ishtar, simbolizándose entonces con un haz de juncos verticales con la punta de arriba con forma curva.
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Para los sumerios sus padres eran Nannar, el dios de la Luna, y Ningal, la Luna. Su hermana gemela era Utu, mientras que estaba desposada con Dumuzi, considerado un semidiós, además de héroe de Uruk. El concepto principal que se encarga de simbolizar Inanna es el de Diosa Madre protectora.
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Mitos sobre Inanna
Inanna y Enki
Una de las divinidades más importantes dentro de la mitología sumeria era Enki. Mantenía ocultas a los demás las normas que se debían seguir para poder administrar la creación. Estas normas recibían el nombre de Me. Inanna los quería para su ciudad, por lo que se dirigió el Apsu, el lugar donde vivía Enki.
Aunque Enki sabía las intenciones de la diosa, le preparó una fiesta de bienvenida. Sin embargo Inanna fue más rápida y consiguió emborracharlo y robarle los Me. Aunque Enki trató de recuperarlos mandando mensajeros, Inanna acabó con ellos y difundió los Me en la ciudad de Uruk.
Árbol de Huluppu
Tras encontrar por casualidad una semilla, la diosa de la guerra y el amor se encarga de cuidar su crecimiento hasta que termina transformándose en un hermoso árbol. Ocurre entonces que un ave, una serpiente y la deidad Lilith intentan destruirlo. Gilgamesh acude a la llamada de Inanna y aleja a los enemigos del árbol.
Con la madera del árbol Gilgamesh fabrica un trono para la diosa, mientras que ella, agradecida, le regala un tambor para que lo utilice a la hora de llamar a los guerreros.
Culto a Inanna
Tuvo cerca de quince templos en los que se la veneraba. El más grande de todos se encontraba en Uruk, aunque la devoción en dicho templo era compartida también con Anu.
Inanna era la diosa sumeria de la guerra y el amor. Además se encargaba de proteger a la ciudad de Uruk de cualquier mal posible.
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