Ego versus intuición: como distinguirlos y aprovecharlos
El ego y la intuición muchas veces se confunden. Es que los dos actúan de forma más o menos similar a simple vista. Puesto que ambos funcionan como una voz interior que nos guía a la hora de tomar decisiones. Sin embargo, es muy importante nunca tomar una decisión escuchando una de esas voces pero creyendo que es la otra. Ego versus intuición es, entonces, una dicotomía que hay que entender para saber en cada caso cómo actuar.
En general, diremos que lo ideal es aprender a actuar más en base a la intuición que al ego. Sin embargo, no quiere esto decir que el ego sea malo en sí mismo ni que haya que eliminarlo de nuestra vida. Simplemente cumple una función particular y es importante limitarlo a ella, si darle mayor entidad de la que tiene.
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Pero para entenderlo mejor, a continuación lo explicaremos detenidamente.
Ego versus intuición
¿Qué es el ego?
Psicológicamente hablando, el ego es la parte de la mente responsable de analizar nuestra realidad y afirmar el sentido de identidad personal. Pero sobre todo, el ego tiene como función protegernos. Podríamos decir que es un componente instintivo de nuestra mente, y que se ha desarrollado para mantenernos a salvo de los peligros del mundo.
El problema es que la humanidad ha avanzado y la mayoría de las cosas que nos preocupan o nos ponen en “riesgo” no afectan nuestra posibilidad de sobrevivir. Los desafíos de la vida actual no son como la de nuestros antepasados cavernícolas: huye o muere. Sin embargo, algo de esa herencia llega hasta nosotros, y tenemos el instinto natural de supervivencia a flor de piel. Ante un desafío, tememos, nos preocupamos, sentimos estrés.
No está mal que el ego exista. Nos ayuda a ver los posibles riesgos de las decisiones que podremos tomar. Nos advierte de posibles peligros. Pero si le damos demasiada entidad y nos guiamos solo por la voz del ego, quedaremos inmóviles.
¿Qué es la intuición?
La intuición no está tan conectada con la mente ni se aferra a nuestros instintos ancestrales. En cambio, la voz de la intuición se conecta desde nuestro lado más espiritual y amoroso. En lugar de ser esa voz que nos alerta todo el tiempo y que nos detiene, es el empujón suave que a veces necesitamos para tomar decisiones. La voz de la seguridad.
La intuición puede sentirse incluso físicamente. En una emoción inusitada en la boca del estómago o un hormigueo en las manos. Es esa certeza momentánea de que esa es la dirección correcta, aunque parezca lo contrario.
Sólo hace falta un poco de práctica para escuchar la voz de la intuición. Pero lo primero para ello es aprender a callar antes al ego.
Ego versus intuición: cómo distinguirlos y aprovecharlos al máximo
Como dijimos, la clave en esta dicotomía ego versus intuición es saber entender qué rol cumple cada uno y a partir de allí empezar a tomar decisiones. También es importante saber cuándo silenciar al ego para darle a la intuición mayor espacio. Estas son algunas claves para lograrlo.
Tiempo de respuesta
Cuando una idea se te cruza por la cabeza y sientes instantáneamente que es la adecuada, seguro que es tu intuición hablando. La intuición no espera, aparece casi al mismo tiempo que una idea maravillosa o que un deseo muy profundo para decirte “sí, hazlo”.
El ego, en cambio, aparece después. Es la voz que empieza a buscar los defectos y que de algún modo contradice a la intuición. “Podrá ser difícil”, “no lo lograrás”, “te llevaría demasiado tiempo”, “no vale la pena tanto sufrimiento”, y miles de etc.
Todos esos pensamientos son del ego, preocupándose e intentando huir de las amenazas.
El tono del ego versus intuición
El ego siempre sonará asustado. Cuando tengas pensamientos que provienen del ego, siempre tendrán que ver con el miedo, con la angustia o la ansiedad. Con la preocupación. Las comparaciones con otras personas o situaciones externas son muy propias del ego, siempre en forma negativa.
Las ideas que provienen de la intuición, en cambio, son alegres y amorosas. Se sentirán como una liberación, como una sensación de mucha paz. En la voz de la intuición no hay miedo, hay certeza y calma.
Sobre todo, las ideas que provienen de la intuición serán positivas, mientras que las del ego tenderán a ser negativas.
Localización en el cuerpo
La intuición nace en el pecho, y se siente fuertemente en el estómago y en las manos. Además, es una emoción abierta: hacia afuera.
La voz del ego, en cambio, surge en la cabeza y no es expansiva. Da sensación de contracción, de cubrirse para protegerse.
¿Crees que eres ahora capaz de distinguir al ego de la intuición?
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