Descubre cómo atraer fortuna y prosperidad con el Ekeko
Uno de los amuletos sudamericanos más conocidos en el mundo es el Ekeko, representación de un antiguo dios andino de la prosperidad y la alegría, que resistió el paso del tiempo y continua más vigente que nunca.
Originalmente, el Ekeko era presentado como una figura desnuda con un gran miembro (falo/pene) que denunciaba su asociación con los ritos de la fertilidad, que se realizaban durante la época prehispánica.
¡Suscríbete a nuestra newsletter!
¿Te encanta la astrología? ¡Recibe contenido exclusivo!
Con el paso de los años, la figura del Ekeko evolucionó, hasta asumir la imagen por la que es popular en la actualidad: un hombre bajo y corpulento, de unos cuarenta años, cargado de bultos de dinero y provisiones.
Las versiones más conocidas del Ekeko, también llamado Iquiqu o Tonupa, lo presentan como un individuo ataviado con prendas típicas de la Cordillera Andina (poncho, gorro); no obstante, existen imágenes vestidas con traje y corbata.
Las efigies del Ekeko son confeccionadas en barro, cerámica o yeso. La figura se encuentra de pie y con los brazos abiertos (en gesto de abrazar), y posee un agujero en la boca, donde se colocan las ofrendas de cigarros y puros (tabacos).
¿Cómo atender al Ekeko?
De acuerdo a las tradiciones populares, el Ekeko confiere a su propietario todo aquello que pueda desear (salud, amor, prosperidad, éxito, empleo), pero para ello es indispensable atenderlo semanalmente.
El ritual para atender al Ekeko debe a toda costa, y requiere que el peticionario coloque un cigarro o tabaco encendido en la boca de la figura, cada viernes, sin falta.
Si el tabaco se consume por completo, quiere decir que la solicitud será cumplida, pero si el cigarro se apaga a la mitad (no se consume), es señal de mala suerte, y de que el ente se siente ofendido.
Igualmente, cada petición debe ir acompañada de una voto (dije, accesorio, figura miniatura), que simbolice el deseo del solicitante (una casa, un carro, un pasaje), que a partir de ese momento formará parte del ajuar de la efigie.
Si el Ekeko no cumple con lo prometido, puede ser castigado hasta que atienda la petición, retirándole el tabaco o colocándolo de espaldas (algunos más extremistas llegan a decapitar la figura).
El Ekeko, como entidad protectora, puede ser colocado tanto en el hogar como en el negocio, siempre y cuando no se pasen por altos sus atenciones los días viernes, y en especial el 24 de enero (día del Ekeko).
De lo contrario la entidad, puede asumir un cariz negativo y castigar a la familia portadora.
El uso de la imagen está contraindicado (no recomendado) para aquellas familias donde existan hijas adolescentes o solteras, presentes en el hogar. Cuenta la leyenda, que la entidad puede enamorarse de ellas y volverse posesivo, impidiendo que consigan una relación.
Te puede interesar: