El síndrome del nido vacío: qué es y cómo superarlo
El síndrome del nido vacío es el nombre que se le da a la sensación de tristeza, soledad y desazón que sienten los padres cuando todos sus hijos abandonan la casa para hacer su vida independiente.
En algunos países, como Estados Unidos, este síndrome aparece más temprano, puesto que es común que los jóvenes abandonen la casa familiar para ir a la Universidad. En otros, donde la independencia de los hijos es más tardía, coincide con otros cambios en la vida de los padres, como la jubilación. Como sea, la partida de los hijos implica un cambio en la rutina y en el estilo de vida para el cual los padres deberían estar preparados.
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El síndrome del nido vacío y la pareja
Para las parejas que siguen juntas después de una vida dedicada en gran parte a la crianza, el síndrome del nido vacío puede representar un verdadero desafío. Muchas veces los hijos funcionan en la pareja como un fuerte lazo de unión, un tema de conversación y el motivo por el que estar juntos. Además, muchas veces los propios hijos intervienen y colaboran a solucionar problemas de la pareja.
Cuando la pareja queda sola en casa, es hora de reencontrarse. Eso puede suponer encontrar nuevas actividades para hacer juntos, proyectos que los unan, espacios de encuentro. Pero para aquellas que hayan dejado un poco de lado su relación por abocarse a la paternidad, puede ser complicado el momento de descubrirse en el otro.
Por eso, siempre es bueno no esperar hasta ese momento para empezar a encontrar un equilibrio entre la vida de pareja y la vida de padres. Es muy saludable que quienes han compartido una vida juntos vayan reinventando su relación permanentemente, y no esperar a quedarse solos para hacerlo.
De cualquier modo, es posible superar esta crisis en la pareja. El objetivo es encontrar nuevas metas para la relación.
Las familias monoparentales
Para las familias monoparentales, el síndrome del nido vacío funciona de manera parecida. Aunque en estos casos, en ocasiones la sensación de vacío puede ser mayor, porque la persona se queda sola en casa.
De forma similar a lo que sucede con las relaciones, para madres o padres solos que se encuentran de pronto en casa sin sus hijos, este puede ser un momento para reencontrarse con los propios placeres. Con aquellas cosas que se han dejado de hacer en ocasiones para dedicarse al cuidado de los descendientes.
En general, la salida de los hijos de las casa monoparentales también suele ser más costosa, porque los une un fuerte sentido de la pertenencia, y cierta sensación de culpa por abandonar al progenitor.
En estos casos, la mejor forma de afrontar el Síndrome del nido vacío es intentar, antes de la partida del hijo, ir acomodando el vínculo para pasar del paternalismo a una relación de pares adultos.
Cómo afrontar de forma asertiva el síndrome del nido vacío
Independientemente de la situación particular de cada padre, la realidad es que el síndrome del nido vacío afecta impacta sobre el estado de ánimo y emocional de las personas. Por eso, es buena idea conocer algunos tips para afrontarlo de la forma más asertiva y amena posible.
No juzgar la rutina de los hijos
La peor manera de actuar ante el síndrome del nido vacío es intentando controlar la vida de los hijos que se han ido de casa. En cambio, es buena idea apoyarlos en sus iniciativas y estar disponibles cuando se los necesite.
Mantener el contacto
Es importante mantener el contacto con los hijos una vez que se han ido de casa. Es buena idea hacerle visitas, o llamarlos por teléfono, siempre respetando el espacio del hijo ahora emancipado.
Buscar actividades personales
Esta puede ser la etapa perfecta para reencontrarse con las propias pasiones, y con aquellas actividades que nos hacen felices de forma individual y/o, estando en pareja. Ponerse en movimiento y retomar labores dejadas son buenas ideas para afrontar el momento.