EMDR: terapia con el movimiento de los ojos
El nombre de EMDR está asociado por sus siglas en inglés a la Desenbilización y Procesamiento por medio de Movimientos Oculares.
Es considerado como un método terapéutico empleado para tratar posibles traumas o emociones fuertes que ocurrieron en el pasado pero que causaron y causan problemas en la actualidad en los individuos. Esto incluye robos, desastres naturales, fobias, ataques sexuales.
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EMDR también es empleada para vencer miedos escénicos como dirigirse a una audiencia, mejorar las interpretaciones artísticas y hasta el desempeño laboral.
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En qué consiste el EMDR
Esta terapia considera que las personas están capacitadas, bajo condiciones favorables, para orientarse hacia situaciones de mayor calidad de vida y estabilidad financiera. Bajo este concepto, los recuerdos son almacenados en redes de memoria que son similares entre sí.
Gracias al proceso de adaptación y de aprendizaje, se produce la liberación de los problemas emocionales. Son las experiencias consideradas como negativas o traumáticas las que perduran y pueden llegar a causar bloqueos y generar otras acciones disfuncionales relacionadas con el miedo.
A través del EMDR la información almacenada se reprocessa, se re-organice en el cerebro y de esta forma el evento al ser recordado no sea de una forma traumática. La efectividad de esta terapia es estimada entre el 77% y el 99%.
¿Qué puede ser tratado con EMDR?
Gracias al EMDR, puedes ser tratados diferentes trastornos:
- Fobias
- Ataques de ansiedad
- Pérdidas afectivas
- Abandonos
- Fobias a intervenciones quirúrgicas
El primer paso es la evaluación por parte del terapeuta a fin de establecer qué es lo primero que debe trabajarse. Una sesión de EMDR puede durar entre 60 y 90 minutos.
Para un tratamiento específico, pueden realizarse diez sesiones en promedio. Los movimientos oculares son interrumpidos periódicamente para verificar que el tratamiento se hace de una forma adecuada.
Gracias a la resolución adaptativa, el paciente mejora los síntomas, cambia las creencias y mejora el comportamiento actual en la vida.
Los orígenes del EMDR se remontan al año 1987 cuando una psicóloga norteamericana de nombre Francine Shapiro, llegó a la conclusión de que los movimientos oculares eran capaces de reducir la intensidad de los recuerdos que generan angustia y tensión en los seres humanos.
Sus primeros pacientes fueron veteranos de la Guerra en Vietnam, así como víctimas de abusos sexuales. No sólo se basa en la expresión oral, sino que también incorpora las sensaciones del cuerpo.
No es muy recomendable para casos vinculados con trastornos de origen biológico, como por ejemplo bipolaridad o esquizofrenia.
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