Entrenamiento autógeno para te ayudar a reducir la ansiedad
Existen numerosas técnicas y terapias de relajación. Una de las más efectivas a la hora de reducir el estrés, la ansiedad o la presión arterial alta es el entrenamiento autógeno. Una técnica en la que nuestra mente es capaz de influir en el cuerpo para poder equilibrar los sistemas auto-reguladores.
Surgió en los años treinta de la mano del psiquiatra y neurólogo alemán Johannes Heinrich Schultz. Está basado en la autohipnosis. La relajación generada por la autosugestión da lugar a agradables imágenes que permiten eliminar la tensión.
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Con el entrenamiento autógeno se controla el estrés mediante la autorregulación. La técnica enseña a responder de una manera pasiva a esas señales visuales y verbales que minoran la tensión. Está centrado en imágenes y frases relajantes, en adquirir una respiración y una frecuencia cardíaca rítmicas. Todo ello teniendo lugar en un ambiente agradable, calmado, donde uno puede notar que le pesa todo el cuerpo. Es decir, conseguir relajarse sin actuar de una manera activa para lograrlo.
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Cómo hacer el entrenamiento autógeno
La técnica se puede aprender en muy pocas semanas. Es habitual realizarla en grupo, aunque también es posible practicarla de manera individual, siempre que el practicante esté supervisado por un médico experto. Incluso existen numerosos libros y DVDs que facilita el aprendizaje de manera autodidacta. No obstante, es recomendable siempre la supervisión de un especialista.
Para conseguir los mayores beneficios posibles, lo más aconsejable es realizarlo dos veces al día. Para ello tendremos que buscar el momento y lugar adecuados. Aquellos en los que nadie nos puede molestar. De esta manera evitaremos cualquier incómoda interrupción.
La posición más óptima para realizar el entrenamiento autógeno es aquella que nos permita un apoyo total de todo el cuerpo. Por ello la postura más usada por los principiantes es aquella en la que están acostados. No obstante, se puede adoptar cualquier postura con la que consigamos relajar completamente los músculos. Cuanto más cómoda sea la ropa que usemos, más fácil será relajarnos.
Entonces tenemos que tratar de reducir la frecuencia cardíaca así como calmar nuestra respiración. A continuación imaginaremos sensaciones de lo más agradables mientras relajamos todo el cuerpo. Mantendremos la mente ocupada con la combinación de imágenes y frases afables.
Con esta práctica dos veces al día lograremos reducir la ansiedad que nos invade, el estrés o los trastornos del sueño. También ayuda a modificar las reacciones al dolor y a reducir la fatiga.
El entrenamiento autógeno permite reducir el estrés o la ansiedad mediante la relajación del cuerpo mientras la mente interviene para equilibrar los sistemas auto-reguladores.
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