Conoce cómo trabaja el espiritista

El espiritista es la persona que posee la facultad de trabajar con espíritus pertenecientes a escalas espirituales evolucionadas. Su objetivo final es incentivar el amor entre  los seres vivos. Logra obtener respuestas a dilemas existenciales así como conocer el lugar que ocupa en el mundo.

Aunque normalmente se le asocia al Espiritismo, no es necesario pertenecer a una religión específica ya que está presente en todas las culturas y razas sin distinción de sexo o edad. Se dice que el espiritista posee una facultad propia del ser humano que ha sido estudiada tanto por religiones orientales como mesiánicas.

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Debe tener varias cualidades que incluyen el desapego a lo material, el amor por los demás y la entrega. Adicionalmente, debe tener buena disposición y ser bondadoso con su entorno. Si la energía que emana del espiritista no es positiva es prácticamente imposible que pueda cumplir su misión.

El espiritista tiene la capacidad de percibir a los Espíritus y transmitir dicha percepción a su entorno. Hablamos de sensaciones y pensamientos. Debe cuidar en todo momento lo que le rodea para evitar que entre en contacto con Espíritus inferiores y negativos que le afecten física y mentalmente. Por tal motivo, no puede escoger cualquier sitio para ejercer sus capacidades.

Si la sintonía es adecuada, el espiritista siempre trabajará con instrumentos como el amor y la bondad. Estas serán sus armas en todo momento para enfrentar cualquier tipo de contacto con espíritus bajos.

En la doctrina del Espiritismo, expuesta por vez primera por Allan Kardek en El Libro de los Espíritus, se establece que el espiritista no debe obtener beneficios económicos o de otro tipo. Esto se debe a que no es una profesión u oficio.

Preparación del espiritista

El espiritista tiene la capacidad de curar «espiritualmente» a quien lo requiera. Sin embargo, para que pueda lograrlo es necesario una etapa previa que tiene varias fases.

En primer lugar, requiere prepararse para que pueda deshacerse de muchos de los defectos y vicios que forman parte de la humanidad. En pocas palabras, debe existir un cambio total, una transformación que venga de adentro hacia afuera.

Adicionalmente, es recomendable que en este proceso de descubrimiento, el espiritista comparta con otras personas que hayan vivido experiencias similares. Esto permitirá que pueda esclarecer todas tus dudas.

Compartir sus dones espirituales y experiencias de contacto con otras entidades con otro que ya pasó por eso, puede ser muy beneficioso En la etapa inicial puede que exista la tendencia a no saber cómo controlar las facultades que comienzan  a aflorar. En principio debe asimilar sus dones y luego comprender cómo puede ponerlos al servicio del bien y no del mal.

Los Espíritus guías son aquellos que acompañarán al espiritista. No todos los Espíritus son iguales ya que existen muchos que están atormentados y no descansan en paz. En consecuencia, si son invocados tendrán un efecto negativo.

Muchos comienzan por invocar a familiares o personas cercanas a los cuales les unieron vínculos afectivos. Por lo general, si estos no pueden ser los Espíritus guías será informado a través del contacto que se establezca. Suele encenderse una luz para garantizar que sus caminos estén siempre iluminados.

A través de estos Espíritus será posible obtener respuestas a los planteamientos elevados por otras personas. Es importante que esos individuos den su consentimiento para que puedan ser consultadas situaciones relacionadas con ellos. Esto forma parte de las leyes básicas del Espirituales que no deben romperse nunca.

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