Jardín Zen o Karesansui y su arte de espiritualidad práctica
El Karesansui tuvo su origen en los antiguos monasterios japoneses, donde convergían los practicantes del Budismo Zen; de allí que a este estilo de jardín seco se le conozca también como Jardín Zen.
Aunque su origen sea un poco reciente, en comparación con otras tradiciones de origen japonés (se estima que la creación de los primeros Jardines Zen data del siglo XV), su uso ha tenido gran receptividad en los países occidentales.
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El Jardín Zen es empleado tanto con fines ornamentales como espirituales, con la intención de cultivar cualidades como misericordia, tolerancia y concentración, a través de la contemplación y el trabajo.
El proceso implica meditar, mientras se contempla el Jardín Zen o se construyen formas dentro de su espacio. Igualmente, puedes profundizar en el significado de cada elemento del jardín.
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Elementos del Jardín Zen
Los Jardines Zen son jardines secos, es decir no cuentan con vegetación verde viva (tampoco sintética); sin embargo en los últimos años se ha popularizado la idea de introducir cristales y cuarzos, para añadir mayor colorido.
Los materiales tradicionales para la construcción de Jardines Zen incluyen:
- arena (preferiblemente blanca o de color claro),
- grava (rocas picadas),
- piedras o cantos rodados (puedes comprarlos o buscarlos en orillas de río o mar).
Otros elementos que puedes incluir para personalizar, aún más, el espacio de los Jardines Zen, son:
- pequeñas extensiones de musgo,
- recipientes no sintéticos con agua,
- pequeñas estatuas que representen la divinidad,
- y trozos de madera.
En lo Jardín Zen, cada elemento tiene uno o varios significados. Como por ejemplo:
- las rocas simbolizan las montañas, la estabilidad y la fuerza de la naturaleza;
- los patrones circulares y ondulados representan el agua y la fluidez de pensamientos;
- la arena es el Universo.
Adicionalmente puedes darles un significado propio a cada uno de los materiales que escogiste, lo que te ayudará a la hora de conectarte con el trabajo espiritual o de relajación, que desees desarrollar al utilizar el Jardín Zen.
Procura que el número de elementos (rocas, cristales, etc) sea impar, para atraer la buena suerte. Adquiere un rastrillo pequeño, puede ser de los empleados en jardinería, el cual utilizarás para crear formas en la arena del jardín. Otra idea es emplear un tenedor de madera (sí, de los de cocina).
¿Cómo crear tu Jardín Zen?
Puedes desarrollar tu propio Jardín Zen en el interior de la casa, si no cuentas con un ambiente exterior adecuado para ello (patio). Utiliza una bandeja de desayuno o un pequeño recipiente de barro, madera o cerámica de forma rectangular. También puedes construir esta base por ti misma.
Esparce la arena en la superficie seleccionada (recipiente), agrega la gravilla. Mezcla ambos ingredientes para dar mayor textura. Aplana la mezcla hasta que la superficie sea uniforme.
Sitúa los elementos seleccionados, hundiéndolos un poco en la arena. Puedes disponerlos de la forma consideres atractiva para ti, en columnas o filas, pero procura evitar el área central del jardín.
Utiliza el rastrillo o el tenedor de madera para crear patrones de círculos y ondas sobre la arena, y alrededor de las piedras y otros elementos escogidos. Podrás cambiar el diseño siempre que lo desees.
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