La bruja blanca de Rose Hall: conoce la leyenda de Annie Palmer
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En el folclore jamaicano, la bruja blanca de Rose Hall ocupa sin duda un lugar destacado. Una despiadada mujer de raza blanca que no dudó en asesinar a sus diversos maridos así como a numerosos esclavos de la extensa plantación en la que vivía.
La historia de la bruja blanca de Rose Hall
Infancia de Annie Palmer
Segú la leyenda, Annie Palmer nació en Inglaterra, de donde era originaria su madre, mientras que el progenitor había nacido en Irlanda. Sin embargo, la mayor parte de su vida la pasó viviendo en Haití. Un estado caribeño situado en la isla La Española, donde linda al este con la República Dominicana.
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Quedó huérfana muy pequeña al morir sus padres a causa de la fiebre amarilla. Fue entonces cuando su niñera negra se encarga de cuidarla. Además de sacarla adelante le enseña todos los conocimientos que poseía sobre hechicería y vudú. Algo que en el futuro le sería de mucha utilidad y la convertiría en la bruja blanca de Rose Hall.
Matrimonio con John Rose Palmer
Con apenas dieciocho años se casa con John Rose Palmer, un rico propietario de plantaciones de caña de azúcar. Rose Hall era el nombre de la plantación que gestionaba, en la cual dominaba todo el terreno una imponente casa con vistas al mar que estaba decorada con caoba de Jamaica. Cerca de trescientos kilómetros cuadrados y más de dos mil esclavos. Todo un mundo nuevo para la joven Annie.
Aparece la bruja blanca de Rose Hall
A los pocos años de la celebración del matrimonio, John Rose Palmer fue acuchillado por su esposa, quien puso fin a su vida. No contenta con este asesinato, los siguientes maridos de Annie corrieron igual suerte. El segundo fue envenenado mientras que el tercer marido acabó sus días estrangulado.
La excusa de los fallecimientos siempre fue la misma: fiebre amarilla. Una coincidencia que igual extrañó a otros terratenientes de Montego Bay, pero prefirieron no hacer preguntas pues no era asunto suyo. Se dice que Annie ordenó a varios esclavos llevar los cuerpos por pasadizos secretos hasta salir a la playa y enterrarlos bajo la arena.
El terror de los esclavos
Lo más terrible de la leyenda de la bruja blanca de Rose Hall es el sadismo que practicaba con los esclavos a su servicio. Disfrutaba dese su balcón contemplando cómo torturaban a golpe de látigo a aquellos que habían osado protestar por algo.
Dentro sus dominios tenía poder absoluto, valiéndose de él de manera cruel y arbitraria. Bajo Rose Hall había una mazmorra donde martirizaba a los esclavos a su antojo. Si alguno intentaba escapar de la plantación era perseguido a caballo por ella. Puede que lograra esquivar a la bruja blanca, pero entonces los grandes cepos escondidos a lo largo del perímetro evitaban que llegaran muy lejos.
Cuando sentía el deseo de la carne no tenía más que visitar los barracones de esclavos y seleccionar el que le interesara. Tras yacer con él durante la noche, al día siguiente era ejecutado. El miedo que infundía a los esclavos no era tan sólo físico, sino también espiritual. Los secretos del vudú y la hechicería aprendidos de su niñera sirvieron para tratar cruelmente a sus esclavos. Incluso se dice que llegó a hacer sacrificios de niños para utilizar sus huesos en diversos rituales.
El final de la bruja blanca de Rose Hall
El final de la esclavitud se votó en el parlamento británico en 1807. Los terratenientes jamaicanos intentaron por todos los medios retrasar su aplicación, lo que dio lugar a una violenta revuelta de los esclavos isleños en 1830. Pese al miedo que tenían los esclavos de Rose Hall, al final, una partida numerosa ocupó la mansión para matar a Annie Palmer. Destrozaron y cadáver y lo lanzaron por la ventana.
Así acabó sus días la bruja blanca de Rose Hall. Hoy en día la mansión es un museo en el que se explica a los visitantes los tiempos de la esclavitud en la isla. También se cuenta que durante los trabajos de reconstrucción y restauración de 1960 encontraron muros cubiertos de sangre y que por la noche pueden escucharse quejidos de los espíritus de los esclavos. Y es que parece que no están aún a salvo pues el espíritu de Annie Palmer camina por los pasillos buscando venganza.
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