Latifa: la energía vinculada al desarrollo integral del ser humano
La búsqueda del Yo personal para intuir al menos el Todo del que formamos parte es una vieja aventura del ser humano. Las diversas religiones existentes lo explican cada una a su manera. En la religión islámica también se habla de ello. Según la tradición Sufí, la Latifa es esa luz que ilumina pero no llega a deslumbrar.
Es decir, la energía que nos permite obtener una visión más profunda de la realidad. Las Latifas son por tanto distintos niveles de energía vinculados a los diversos planos del desarrollo integral del ser humano. La luces que alumbran su andadura espiritual.
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Significados de Latifa
El término proviene del verbo árabe Latâfa, que puede tener diversas interpretaciones. Tanto Alá nos dio su Gracia como Alá evitó la desgracia o Luz que alumbra con suavidad. En general estamos hablando de un concepto que hace referencia a una visión más trascendente de la existencia.
Latifa y el desarrollo espiritual
Las Latifas son formas de energía, o luces para algunos, relacionadas con los procesos de la evolución integral de cada ser humano. Son, junto con el ‘Ibadat que conduce a la perfección del Islam, responsables de la espiritualización de la persona y su desarrollo integral.
El estancamiento de las Latifas supone una señal evidente de la escasa evolución espiritual de una persona. Se encuentra entonces cercana al estado más simple de su naturaleza. Estas energías sirven para hacerse una idea de la evolución o involución de cada uno de nosotros. Nos señalan desde la naturaleza adámica primordial hacia el Hombre Universal, el Insan al Kamil.
La evolución integral de una persona no puede hacerse de cualquier manera. Quienes lo intentan como un capricho, sin seguir ningún tipo de método, están condenados al fracaso. Al buscar nuestra razón de ser debemos observar una disciplina integral donde cada una de las partes forma y alberga en sí misma el total de aquello que es irrenunciable.
Latifa como oración
La Latifa también es una poderosísima oración de la tradición Sufí que acerca a la conexión con la esencia de nuestro ser. Gracias a ello podremos conocer qué es lo que realmente nos impulsa.
En esta oración se produce una combinación de palabras y movimientos de las manos sobre el cuerpo. Resulta una especie de meditación guiada vinculada con el sistema lata´if de la psicología Sufí.
Cómo rezar con Latifa
- En esta particular meditación la mano derecha es guiada por la mano izquierda. Colocamos las manos en el regazo, cerramos los ojos y nos relajamos. Tras tomar conciencia de nuestra respiración, movemos las manos hacia el lado izquierdo de la cintura. Decimos Yo existo. Es el aquí y el ahora.
- Movemos las manos hacia el lado derecho de la cintura. Decimos Yo deseo. No debemos juzgar sólo observar lo que sale en nuestros pensamientos.
- Sigue la oración con Latifa moviendo las manos hacia el lado izquierdo del pecho, a la altura del pulmón izquierdo. Pronunciamos mientras Espero. La esperanza ofrece la fuerza para seguir.
- Movemos las manos hacia el lado derecho del pecho, a la altura del pulmón derecho. Decimos Creo y confío. La incertidumbre de la esperanza cede ante la confianza. Nos entregamos a un poder superior.
- Ponemos las manos en la garganta. Decimos Lo dejo ir. Es el momento de permitir que nos abandonen deseos, miedos y esperanzas.
- Colocamos las manos en el centro del pecho y decimos Me encanta. El amor fluye a través de nosotros y abarca también nuestro entorno.
- Por último, colocamos las manos sobre el ombligo, esa parte del cuerpo que sirve para reflejar nuestro sitio en el mundo material. Mientras lo hacemos decimos Estoy preparado. Así aceptamos afrontar la vida como se nos presente.
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