Leer los caracoles de la santería: ¡Aprenda cómo hacerlo!
¿Cómo leer los caracoles de la santería?
El juego de los caracoles (èrindinlógun) es una de las artes adivinatorias de la religión Yoruba, que consiste en el lanzamiento de un conjunto de 16 caracoles sobre una mesa previamente preparada, y en el análisis de la disposición que las conchas adoptan al caer sobre la mesa.
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Antes de jugar los caracoles, el adivino reza y saluda a todos los Orishas, y durante los lanzamientos habla con las divinidades y les hace preguntas. Se cree que las divinidades afectan el modo en que los caracoles se esparcen por la mesa, dando así las respuestas a las dudas que se les plantean.
Además de los caracoles, se pueden utilizar otros objetos para consultar los Orishas: Obí, Orobô, Alobaça (cebolla), atarê (pimienta de la costa), huesos, vísceras y otros.
Leer los caracoles de la santería
Métodos del juego
El juego con cuatro caracoles es más utilizado en los rituales para preguntas: normalmente las caídas corresponden a las caídas del juego de Obi.
La cantidad de caracoles puede variar de acuerdo con la nación, el más común se compone de 16 o 17 caracoles, pero el juego con 21 caracoles también es muy común.
Algunos métodos no se basan en caídas por Odú, como en el Merindilogun. Usan otras configuraciones y combinaciones de caracoles abiertos y cerrados, dividiéndolos en cuatro grupos de cuatro caracoles (que llaman barracón) y analizan las cuatro caídas y la disposición que ellas se encuentran. En ese tipo de Oráculo no se habla de Odú.
Cómo preguntar para leer los caracoles caracoles de la santería
La gran mayoría de los Babalorishas utiliza la apertura natural del caracol como el lado “abierto”.
- Abierto (boca de la concha hacia arriba).
- Cerrado (agujero hacia arriba).
Como en cualquier oráculo se puede hacer cualquier pregunta. El ingrediente que activa la sincronía es la creencia, la fe. La calidad de la respuesta la pone quien juega más que el juego en sí.
Las mejores respuestas son aquellas en qué razón e intuición andan lado a lado. Los mejores adivinos pueden llegar a tal estado de perfección que dispensan cualquier medio sean ellos cartas, monedas, mapas astrales o caracoles.
No hay absolutamente necesidad de que el observador o el consultante pertenezcan a cualquier culto africano. Es fundamental, sin embargo, el respeto a la fuerza mayor que orienta la caída de los caracoles.
No hay magia, sino misterio. No hay superstición, sino creencia. Y esta fe en este poder superior es la misma que mueve la ciencia, la filosofía y la religión.
La Práctica
Para leer los caracoles de la santería, primero se utiliza un tamiz como base. Este colador estará cubierto por un paño blanco, alrededor del tamiz, se colocan las guías, que son collares de cuentas con los colores de los orishas, formando un círculo, en su interior podrá contener otros objetos, que complementan la magia, monedas, piedras u otros amuletos que representan los orishas.
En este tamiz o base equivalente, se lanzan 16 caracoles, y ocasionalmente un extra llamado oxetuá (caracol de energía o axé). En los 16 caracoles se hace un agujero en las “espaldas” de modo que al ser lanzado tenga igual probabilidad de caer abierto o cerrado.
Son posibles 4 tipos de jugadas:
Al leer los caracoles de la santería, la primera jugada indica cuál es el orisha principal, el que será el guía espiritual o dicho de otro modo, el signo del individuo. Son los datos individuales. Las cualidades y estilo quedan visibles y accesibles. Y puede presentarse un orisha femenino o masculino independiente del género de quien consulta.
La segunda jugada responde a las preguntas cuyas respuestas sean del tipo sí / no / tal vez. Caracol abierto (se dice que hay un aspecto favorable). En el caso de caer con el caracol cerrado (aspectos desfavorables), en todo lo que se va indicando, nada es imposible, pero sí son situaciones que implican un desafío.
La tercera es un oráculo para preguntas o problemas más complejos.
En la cuarta jugada el jugador puede lanzar cualquier número de caracoles en una jugada personal, buscando la respuesta, hasta el límite de 21 caracoles.
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