Leyendas mayas, 3 hermosas historias de esta civilización
La civilización Maya es una de las más importantes de América. Las leyendas mayas traducen historias que son el fundamento no sólo para los habitantes de México, Guatemala y alrededores, sino que se expanden hacia todo el continente moreno influyendo con sus hermosas historias la vida de sus habitantes.
Veamos tres hermosas leyendas Mayas que hablan de los orígenes de las cosas y de las creencias de los hombres de este interesante pueblo.
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Leyendas Mayas
El colibrí
Los mayas veían a los colibrís como criaturas sagradas que poseían poderes curativos a través de la alegría y el amor que transmitían a las personas que los observaban. De alguna manera, esto no deja de ser verdad, ya que cada vez que vemos un colibrí quedamos alegres y con emociones agradables. “Las plumas de los picaflores son mágicas” decían los mayas.
Cuenta la historia que los dioses crearon a todos los animales de materiales de la tierra, principalmente de maíz. A cada animal le dieron una particular tarea para cumplir en la tierra, pero se habían olvidado de una muy importante que era transmitir la alegría y los mensajes de los dioses y también la transmisión de pensamientos y deseos de un lugar para otro.
Pero los dioses no tenían más maíz ni barro, así que tomaron una piedra de jade, tallaron una flecha para simbolizar el recorrido y soplaron tan fuertemente que en ese instante salió volando un hermoso pájaro, veloz de plumaje aterciopelado capaz de transportar los deseos y pensamientos de un lugar a otro con gran rapidez. Así nacía el colibrí o picaflor.
Se cree que estas aves traen mensajes del más allá, de los dioses o de personas fallecidas. El colibrí también se considera un animal mitológico sanador que ayuda a las personas, cambia su estado de ánimo y recibe sus pensamientos y deseos.
La leyenda de las mariposas
Más que una leyenda, hay todo un concepto detrás de las mariposas en la cultura maya. Los pueblos originarios de esta región creían que estos seres alados representaban la conexión con el universo, su transformación constante y la posibilidad de cambio inherente al ser humano en su camino evolutivo.
Se creía que las mariposas eran los espíritus de los niños muertos que renacían a la vida en una transformación colorida y hermosa. También creían que eran los espíritus de los guerreros que después de acompañar al dios sol Itzamná, sufrían el proceso de transformación a mariposa, una especie de eterno retorno y vida eterna.
La cultura Maya tenía además un templo llamado el templo de las mariposas y un símbolo de poder llamado, Hunab Ku, que podría traducirse como “la mariposa galáctica”, era un dios supremo, incorpóreo, sin figura ni representación, un concepto que representaba la consciencia ancestral, creadora de todo. Incluso los Toltecas simbolizaban el Toltecáyotl, una disciplina de estudio, heredada del culto a Quetzalcóatl, con 4 mariposas, una por cada punto cardinal y que permitía a través del estudio y la vida coherente, acceder a los espacios divinos.
El Popol Vuh y la creación del hombre
La tercera de las leyendas mayas es quizá una de las más conocidas e importantes de esta civilización y está relatada en el famoso libro del Popol Vuh que habla de la creación de los animales, las cosas y del hombre.
Dice así: al inicio los formadores crearon un ambiente para un ser que los invocara, para ello tenía que tener alimento, bebida, saber respirar y hablar, pero las criaturas eran los animales y no hablaban, sólo chillaban, graznaban, cacareaban etc.
Entonces hicieron otro intento y crearon a un ser de barro, pero este ser aunque lograba hablar era inconsistente, se deshacía con las lluvias y deshicieron su obra.
Luego hicieron un hombre de madera, se parecían al hombre, hablaban y poblaron la superficie terrestre, pero su lenguaje no era claro, sus manos y pies eran inconsistentes y carecían de sustancia. Luego vino un gran diluvio y muchos de estos muñecos de madera perecieron, otros se refugiaron en cuevas y copas de los árboles, se dice que los descendientes de estos muñecos de maderas son los actuales monos que carecen de sustancia.
En el último intento los formadores quisieron poner alimento y bebida saludable en el interior de su creación, por ello formaron al nuevo ser humano de maíz blanco y amarillo, prepararon líquidos con los que formaron su sangre y les dieron gordura y vigor. Tenían la apariencia de hombres y conversaban, fueron dotados de inteligencia, sabiduría y visión. Los hombres agradecieron a sus creadores y dijeron “os damos las gracias dos y tres veces… sentimos perfectamente y conocemos lo que está lejos y lo que está cerca, vemos lo grande y lo pequeño”.
Los nuevos seres humanos estaban dotados de todo el conocimiento a semejanza de los dioses. Al percibir esto los dioses no gustaron y decidieron hacer algo al respecto. De alguna forma, sintieron envidia de su hermosa creación y restringieron su mirada poniendo un velo sobre sus ojos, impidiéndoles ver a lo lejos y el más allá.
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