Limpiar y proteger el aura: cristales para elevar tu vibración
Limpiar y proteger el aura son tareas que, quienes se dedican a trabajar con el mundo espiritual y el esoterismo, deben realizar a prácticamente a diario, por lo que no es de extrañar el gran número de técnicas y elementos diseñados para cumplir este objetivo.
En este sentido, los cristales son quizás las herramientas más usadas para limpiar y proteger el aura, ya que reúnen muchos beneficios: precio accesible, tamaños para todas las necesidades, efecto energético prolongado, discreción (pueden ser utilizados como joyas, en bruto, u objetos decorativos).
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Cabe destacar que emplear cristales para limpiar y proteger el aura no es una técnica reservada para los iniciados en temas esotéricos y espirituales. La apertura que trajo consigo la Nueva Era, contribuyó para que este conocimiento se encuentre al alcance de todos.
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Descubre los cristales para limpiar y proteger el aura
Al momento de estudiar los cristales utilizados para limpiar y proteger el aura, podemos dividirlos principalmente en dos grupos: los que tienen cualidades purificadoras y los que funcionan como resguardo.
Si bien es cierto que algunos especímenes cumplen doble función (pueden limpiar y proteger el aura al mismo tiempo), generalmente, suele dárseles un uso específico (purificar o proteger, no ambos a la vez).
Un ejemplo de los cristales que poseen cualidades limpiadoras y protectoras por igual, es la amatista. Este elemento incluso puede recargar otras piedras, si se usa en forma de drusa.
No obstante, los practicantes de Magia de los Cristales prefieren tener varios especímenes de amatista, y adjudicar una función a cada uno (un cristal para limpiar, otro para proteger y una drusa para recargas).
Partiendo de esta idea, los cristales más utilizados para limpiar el aura son:
- cuarzo cristal (purifica y repara el aura);
- ámbar (alinea los cuerpos etéricos);
- cuarzo citrino;
- amatista;
- piedra de sangre (heliotropo/ sanguinaria);
- kunzita;
- selenita;
- labradorita y
- petalita (contra entidades y remanentes del karma).
Por su parte, algunos de los cristales empleados con el objetivo de proteger el cuerpo áurico, son:
- ónix negro (contra ataques psíquicos);
- turmalina negra (absorbe la negatividad);
- ojo de tigre (ayuda a crear sanos límites);
- cuarzo ahumado (corta pensamientos negativos);
- amatistas (transmutar);
- cuarzo citrino (contra los pensamientos tóxicos);
- obsidiana negra y
- fluorita (escudo psíquico).
Ten presente que antes de utilizar un cristal, para cualquiera que sea el uso que piensas darle y en especial para limpiar y proteger el aura, es necesario purificarlo de energías discordantes a la propia, que pudo haber recibido en el proceso de extracción y comercialización.
Existen distintos métodos para limpiar cristales:
- aplicar reiki;
- colocarlo debajo de agua corriente;
- rodearlo con el humo del incienso o palo santo;
- sumergirlo en un tazón con arroz o sal rosada;
- lavarlo con una infusión de agua y sal marino;
- o enterrarlo (en tierra o un matero).
Importante: algunos cristales pueden ser sensibles al uso del agua o la sal, por lo que es conveniente investigar este punto, antes de proceder con la limpieza.
Lee aquí nuestro artículo “¿Cómo limpiar cristales? Purificación para lograr el objetivo”.
Una vez purificado el cristal, se procede a recargarlo (con la luz del Sol, la Luna, la Tierra, una drusa de amatista o Reiki); y a programarlo con el objetivo que se le dará, mediante un proceso de visualización y sosteniendo la piedra en la mano dominante (aquella que se usa para escribir).
El procedimiento puede repetirse siempre que se considere necesario. Las personas que trabajan con el esoterismo o las terapias espirituales, deben ejecutarlo con mayor frecuencia, dado que se encuentra más expuestos a distintos tipos de energía y entidades.
Lee aquí nuestro artículo “¿Cómo recargar energías de los cristales?”
Si en algún momento sientes que el cristal cumplió su cometido y no precisas tenerlo contigo, realiza una nueva limpieza, agradécele por el aporte energético que te ofreció y entrégalo a la tierra, una gruta o una corriente de agua natural. También puedes guardarlo, por si lo requieres posteriormente.
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