Descubre la importancia de los ojos en el lenguaje corporal
Seguramente en más de una ocasión hemos escuchado aquello de que la mirada es el espejo del alma. Aunque suena a poética exageración, lo cierto es que comunican muchísimo los ojos en el lenguaje corporal. No hacen falta palabras para hablar de una mala noticia, bastan unos ojos humedecidos.
También sabemos si alguien tiene nuestra atención si observamos que sus pupilas se dilatan. Implica que le interesa aquello que estamos contando, sin necesidad de frases vacías que puede que únicamente busquen quedar bien.
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Hay que tener en cuenta que más del ochenta por cierto de aquella información que obtenemos proviene de fuentes no verbales. A veces nuestras palabras dicen una cosa y nuestra mirada otra. Nos fiamos más de la segunda. Ahí radica la importancia de los ojos en el lenguaje corporal.
Las primeras impresiones se basan siempre en el lenguaje corporal. Es muy complicado detener a los ojos y anular sus mensajes. Lo hacemos de manera inconsciente. Y es que nuestro cerebro no se siente cómodo mintiendo. Quizá podamos evitar mover las manos cuando estamos nerviosos, pero no impedir que las pupilas se dilaten.
La importancia de los ojos en lenguaje corporal es tal que existen numerosas descripciones de miradas. Así, mirada de hielo, mirada sucia o mirada perdida implican que las personas que las poseen son frías, obscenas o bien que no saben ni dónde están.
Interpretación de los ojos en el lenguaje corporal
Cuando charlamos cotidianamente con una persona, lo habitual es mirarle a los ojos. Es una conversación relajada en la que generalmente, cuando orientamos los ojos a la izquierda es que tratamos de recordar algo. En el caso de hacerlo a la derecha supondrá que recurrimos a la imaginación.
Si la persona que con la que mantenemos la conversación nos interesa o existe cierta atracción, la vista suele recorrer el triángulo compuesto por ojos y boca. Cuando dicha atracción es mayor, es fácil que la mirada se desvíe hasta el cuello.
Los gestos con los ojos
Parpadeo excesivo
Implica nerviosismo, desconfianza o aburrimiento. Es una especie de recurso inconsciente para no ver a la persona con la que mantenemos la conversación.
Oscilación del tamaño de las pupilas
Habitualmente, cuando las pupilas se dilatan quiere decir que nos gusta una cosa. Si se contraen simbolizan hostilidad con el interlocutor.
Mantener la mirada
Aquellas personas que mienten habitualmente o son inseguras les cuesta mucho mantener la mirada. También es común bajar la vista cuando hablamos de temas que nos incomodan. Si queremos elevar la capacidad de persuasión resulta muy efectivo mirar a los ojos mientras pedimos algo.
Alzar las cejas
Un gesto típico de los ojos que en el lenguaje corporal se interpreta como sorpresa. Ante personas a las que nos interesa agradar resulta una expresión positiva. Muestra falta de miedo.
Humedecimiento de los ojos
Implica el intento de controlar una emoción fuerte. Puede tratarse de alegría, tristeza o rabia. Llevada al extremo da lugar al llanto. Pero al controlarlas los ojos se humedecen y la persona con la que hablamos capta la emoción que nos invade.
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