Luna Balsámica: sanación emocional e introspección
La Luna Balsámica (conocida también como Luna Negra, Luna Menguante, y Menguante Cóncava), es la última fase visible del ciclo lunar, que acontece después del cuarto menguante y antes de la Luna Nueva. Recordemos que existen ocho fases lunares: Nueva, Creciente (Luminante), Cuarto Creciente, Gibosa Creciente, Llena, Gibosa Menguante (Diseminante o de Dispersión), Cuarto Menguante y Menguante (Menguante Cóncava/ Balsámica).
Esotéricamente, la Luna Balsámica es considerado un período (de unos tres días) dedicado a la introspección, la reflexión, la preparación para el novilunio, la conexión con la intuición y el estado de serenidad.
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Durante la Luna Balsámica, la atención debe volcarse al descanso y el cuidado propio, reponer energías para el próximo ciclo (descanso), cultivar el vínculo con lo espiritual/ divino, y reconocer los propios sueños y esperanzas.
En este período, la práctica del perdón y la autocompasión cobran mayor relevancia como elementos para la sanación interior, el cambio de la narrativa interna, y el regreso a lo esencial. La Luna Balsámica igualmente favorece el proceso de relajación, la obtención de información significativa del inconsciente o el mundo onírico (sueños), la aceptación y la liberación de viejas cargas.
¿Qué hacer durante la Luna balsámica?
Desde el punto de vista espiritual, esta fase lunar puede aprovecharse para realizar ejercicios de respiración, meditación, oración, visualización creativa, pronunciación de mantras, y yoga, en sus modalidades menos exigentes físicamente.
De la misma forma, es posible utilizar la energía lunar para rituales de purificación; limpieza física o energética de inmuebles; crear un diario de sueños (o lunar); reajustar los horarios de descanso; y hacer desintoxicaciones (con acompañamiento médico).
Resulta fundamental adoptar una actitud de recogimiento, durante la Luna Balsámica, evitando (en la medida de lo posible) iniciar nuevos proyectos, emprender acciones arriesgadas, o sobreanalizar las emociones.
La búsqueda de la paz interior se proyecta como una clave, en este período. Las visitas a centros estéticos para recibir masajes u otros tratamientos, también se encuentran bien aspectadas, en especial si además de trabajar con los ciclos lunares, incluyes información astrológica.
Por ejemplo, el paso de la Luna por Tauro, Leo y Libra suele beneficiar los procedimientos estéticos (no quirúrgicos), siempre y cuando Venus no se encuentre retrógrada o en oposición. Asimismo, la Luna en Virgo favorece los procesos de dieta, desintoxicación, y organización de espacios.
Esto no quiere decir que las actividades mencionadas no puedan ejecutarse, cuando el tránsito lunar suceda en sectores del mapa astral, regidos por otros signos, sino que los momentos señalados resultan más propicios, de acuerdo con la astrología y el esoterismo.