Luna fría en Cáncer: un cierre de año muy emocional
La llamada Luna Fría es la última luna llena del año. Se la conoce con ese nombre porque es la más cercana al solsticio de invierno en el hemisferio norte. Por eso también se la llama Luna de la noche larga. Este año, la luna fría toca en Cáncer, y nos invita a cerrar el año en plena conexión con nuestras emociones, sanando vínculos y construyendo hogar donde quiera que estemos.
La luna fría y el eclipse solar
La luna fría de este año es la que le sigue al eclipse total de sol, que sucede el 14 de diciembre. Este eclipse se da en el grado 23 de Sagitario, y empezará a movilizar muchas energías que veníamos acumulando.
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Llegando a fin de un año difícil para todo el mundo, el eclipse del 14 es una gran oportunidad para depurar lo que veníamos cargando y dejar espacio para cosas nuevas. En algún sentido, se sentirá como un cierre de etapa, como un renacimiento.
Esta sensación se intensificará con la luna fría del 30 de diciembre. Las lunas llenas siempre representan un cierre: es el momento de cosechar las intenciones que hemos sembrado 6 meses atrás, en la luna nueva que este año fue el 20 de julio.
La luna fría nos invita, entonces, a hacer un balance de lo que fue la última mitad del año. Es un gran momento para mirar hacia atrás y ver todo lo que hemos logrado hasta ahora. Seguramente, descubriremos que hemos logrado cosas que parecían imposibles. Nos invita a descansar y disfrutar de todo lo que hemos logrado.
Luna llena en Cáncer, cómo afectará tu energía
Este año la luna fría toca en Cáncer, lo cual nos habla de que gran parte de nuestra energía estará puesta en lo emocional, en el hogar y la familia. Teniendo en cuenta que cae justo antes de la celebración de fin de año, seguramente su energía nos conectará con la familia, en un sentido amplio. Es un buen momento para mirar alrededor y preguntarse con quiénes construimos hogar: junto a qué personas nos sentimos verdaderamente en casa, estemos donde estemos.
La energía de esta luna nos invita a disfrutar de esos espacios en cuerpo y alma y dejar atrás los lugares que habitamos desde la incomodidad. Serán días de disfrutar como nunca de los nuestros, de la gente verdaderamente importante en nuestra vida.
En este sentido, la luna llena del 30 de diciembre nos habla de compartir: compartir la vida, las experiencias y todo aquello que nos conmueve con las personas que estén dispuestas a recibirlas y compartir las propias.
Eso sí: los sentimientos estarán a flor de piel, y es probable que sintamos cómo se manifiesta el peso de todo lo que hemos ido cargando durante el año. A no desesperar. Durante estos días será fundamental no pelear con nuestras emociones, sino dejarlas ser. De algún modo, es una especie de depuración que nos permitirá encarar el año nuevo desde otra perspectiva.
Será importante escuchar al cuerpo, descansar y sostenerse en el cariño de nuestro entorno. Y sobre todo, tomárselo con calma. ¡Lo mejor está por venir!