Maná, el milagro del pan caído del cielo
El maná fue uno de los tantos milagros de Dios para proteger, y en este caso, alimentar al pueblo hebreo. Según la Biblia en el libro de Éxodo, el maná es “el pan del cielo” y es gracias a éste que el pueblo judío logró sobrevivir durante años en el desierto.
Se cuenta que aparecía por la noche y por la mañana, después que el rocío desaparecía. El maná se debía recoger temprano para que el sol no lo derritiera. El maná aparecía todos los días por la mañana, con la excepción del sábado.
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Los israelitas eran autorizados a coger un omer (antigua unidad de medida, “gavilla”) de esta sustancia por persona. Esta medida equivalía aproximadamente a 2 litros.
No se permitía recoger más que la cantidad autorizada, pues el maná se estropeaba cuando se guardaba para el día siguiente. Sólo los viernes los israelitas estaban autorizados a coger el doble de la porción de maná, para que se mantuviera el sábado, el único día en que el maná no aparecía.
La porción de maná que era guardada para el sábado debía ser almacenada, pero ya preparada, es decir, asada o cocida. Ya que era preparada principalmente como un cereal o molido para preparar una especia de pan, rico en proteínas. (Éx 16: 4,5,16-30).
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¿Qué significa maná?
Cuando los israelitas vieron esta sustancia en la superficie del desierto, preguntaron “¿qué es esto?”. Y así, la expresión “qué es”, del hebreo man, parece ser la traducción literal del término, es decir, probablemente el significado de maná se refiere a la pregunta y al misterio de su aparición.
Otra teoría dice que Maná deriva de una palabra egipcia mennu que significa ‘alimento’. Cualquiera sea su acepción lo que sí es indiscutible es que fue un alimento que salvó al pueblo israelita y aparecía milagrosamente.
¿Qué era realmente el maná?
Hay distintas versiones sobre la identificación de este alimento y ninguna ha sido comprobada con certeza absoluta. Según los relatos bíblicos, lo que describen es un alimento que llegaba por la noche y era rápidamente recolectado antes del sol derretirlo.
El texto bíblico nos dice que el maná era pequeño y redondeado, con coloración blanquecina, y parecía semilla de cilantro y bedelio (resina). Cuando se exponía al sol se derretía. Su gusto era duce, similar a “tortas de miel” (Éx 16:31), pero también recordaba, de alguna forma, a los “pasteles amasados con aceite” (Nm. 11: 8).
Según los estudios que se han realizado, se dice que podría haber sido el liquen Lecanora esculenta, el cual viaja con el viento y es rico en nutrientes, con características similares a las descritas en la Biblia.
Otra teoría es que el maná sería la resina que se extrae de los árboles de Tamarisco, es parecida a la cera y se derrite con el calor del sol, es abundante en la región se Sinaí, es dulce, aromática como la miel coincidiendo con las descripciones del Éxodo, sin embargo, posee muy pocos nutrientes y es difícil que pueda hacer sobrevivir y alimentar a un pueblo durante tantos años.
Otra teoría asegura que el maná era un hongo alucinógeno llamado Psilocybe cubensis, y que poseía bastantes nutrientes y además provocaba la pérdida de apetito.
Ninguna de estas teorías ha sido probada al 100% por lo que los creyentes y defensores de los milagros tienen en este alimento una prueba prácticamente irrefutable de la grandeza de Dios.
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