Meditar en casa. Convierte tu hogar en el lugar ideal
¿Hay algún lugar perfecto para meditar? La respuesta es un no rotundo. La meditación requiere de disciplina y de un ambiente determinado, pero eso no quiere decir que no se pueda meditar en casa o cualquier otro lugar.
A continuación te damos unas pautas para conseguir hacer de tu casa un lugar estupendo para meditar. Si como hemos dicho anteriormente el lugar no importa demasiado vamos a fijarnos en lo que sí importa, independientemente del lugar en el que estés.
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Claves para meditar en casa y tener un espacio agradable
Puedes meditar en casa, en cualquier rincón, pero es importante que tengas en cuenta algunos detalles:
- No tener interrupciones durante al menos 20 minutos.
- El orden y la limpieza son importantes pues nos darán calma, probablemente si intentamos meditar en una habitación completamente desordenada ni siquiera podremos llegar a concentrarnos y por tanto, no cumpliremos nuestro objetivo.
- No sentir ni frío ni calor. En meditación, cuando tenemos alguna circunstancia externa que nos hace sentir incómodos o nos impide concentrarnos, especialmente al principio.
- Música ¿Si o no? Intenta con música (especialmente instrumental o con sonidos de la naturaleza) y sin ella. Puedes poner algo de música cinco minutos antes de la práctica para ir relajándote y si te funciona puedes dejarla todo el tiempo, si no te acomoda la quitas.
- Crear un ambiente agradable. Puedes incorporar velas, inciensos u objetos que te inspiren y sean de tu gusto.
Pautas para nuevos practicantes de meditación
- Encuentra alguna aplicación en la que puedas obtener alguna sesión de meditación guiada.
- Viste ropa cómoda y preferiblemente fluida.
- Cierra los ojos y pon toda tu energía en la respiración.
- No intentes juzgar tus pensamientos o reprimirlos. Obsérvalos, déjalos fluir y deja que tu mente se relaje.
- Empieza por cinco minutos y ve aumentando el tiempo a medida que tus niveles de concentración sean más altos.
- Elige un horario para hacerlo e intenta cumplirlo durante al menos veinte días seguidos para convertirlo en un hábito.
La postura, lo más importante en meditación
La postura es fundamental para dejar que la energía fluya por todo el cuerpo. Si vamos a meditar en el salón, la cocina o en nuestro dormitorio lo ideal es que estemos sentados en una silla con la columna vertebral recta.
Es importante que ni juntemos los pies ni las rodillas, dibujando con nuestro cuerpo un ángulo recto y casi simétrico. Si en esta postura no nos sentimos muy confortables podemos experimentar la posición de loto sentándonos en el suelo con una almohada o cojín.
La respiración, la base de la meditación
Junto con la postura la respiración es el pilar básico de la meditación. Independientemente de en qué estancia estemos en casa es importante que prestemos atención a nuestra respiración (inspirar profundamente y soltando el aire de forma tranquila) interiorizando el proceso y poniendo atención a los detalles del mismo.
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