Conoce la meditación body scan o escáner corporal
El body scan o escáner corporal es una técnica de meditación muy popular, practicada con regularidad en el Mindfulness, con el propósito de inducir un estado de relajación en el sujeto, mientras se ejercita la atención.
Durante la meditación del escáner corporal, el individuo realiza una revisión mental de su estado físico. Esta acción permite identificar con facilidad los puntos donde se acumula la tensión, en el cuerpo.
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Como método de relajación, el escáner corporal resulta particularmente efectivo para contrarrestar el insomnio, si se practica momentos antes de ir a la cama. Igualmente, es un ejercicio recomendado para disminuir los niveles de estrés.
Los expertos en meditación y Mindfulness sugieren que los primeros ejercicios de escáner corporal sean realizados bajo tutela, siguiendo el principio de las meditaciones guiadas.
En este caso, el principiante puede contar con la ayuda de un instructor, que dirija la práctica personalmente o a través de un audio pregrabado, donde se presentará la secuencia del escáner corporal, para que el estudiante pueda seguirla.
Cada sesión de escáner corporal puede tener una duración de 5 minutos a media hora, e incluso más tiempo, todo depende del interés, el objetivo y el nivel desarrollado por el ejecutante.
¿Cómo realizar el escáner corporal?
Es importante destacar que la meditación del escáner corporal ayuda a retomar el contacto con el propio cuerpo, lo que puede generar incomodidad en algunas personas con heridas emocionales.
Si esta situación se presenta ante ti, puedes detener la práctica y consultar a un terapeuta profesional sobre el tema revivido, o estudiarlo por ti misma desde una perspectiva diferente, sin culpabilizarte o castigarte.
Recuerda que gran parte del trabajo de conciencia consiste en amarnos y aceptarnos, ofrecernos la misma compasión que les brindamos a otros, y aprender a conectar con nuestra propia fuente de compasión.
Cuando se trata de iniciar el ejercicio de escáner corporal debes asegurarte de que dispondrás del tiempo suficiente para ello, en un lugar tranquilo, donde no puedas ser molestado o interrumpido.
Desconecta los aparatos electrónicos como televisión, radio, teléfonos, tablets y demás. Asegúrate de vestir prendas sueltas y confortables, nada que te apriete o te genere incomodidad.
Acuéstate boca arriba en una cama o tapete (la espalda debe quedar en contacto con la superficie seleccionada). Extiende los brazos a ambos lados del cuerpo, en actitud relajada y con las palmas de las manos apuntando hacia arriba.
Es posible realizar el escáner corporal sentado, pero a los principiantes se les recomienda permanecer acostados, durante sus primeras prácticas. Puedes experimentar ambas posiciones (acostado o sentado) y elegir la que consideres más cómoda para tu cuerpo.
Respira pausadamente, siguiendo tu propio ritmo, ni rápido ni lento. Comienza a ser consciente del peso de tu cuerpo sobre la superficie en la que estás apoyado (cama o silla), y reconoce los puntos de contacto entre ellos.
Concentra tu atención en la respiración. Identifícate con el entrar y salir del aire; si en algún momento tus pensamientos intentan distraerte del ejercicio, déjalos correr y vuelve a enfocarte en la respiración.
Cuando te sientas conectado con el momento, inicia el proceso de escáner corporal: recorre mentalmente cada punto de tu cuerpo, comenzando por los dedos de los pies (primero un pie, luego el otro).
Toma nota mental de tus sensaciones (¿qué sienten los dedos del pie derecho? ¿frío, calor, dolor, alguna herida?). Lleva la respiración a la extremidad que estás escaneando, como si pudieras sentir tu respiración a través de ella.
Realiza el mismo examen en cada parte de tu anatomía, hasta alcanzar la cabeza. Puedes tomar todo el tiempo que quieras en cada punto. Si pierdes tu atención, regrésala a tu proceso de respiración.
Una vez terminada la secuencia completa, sal de la meditación lentamente. Recuerdas que has ganado un nuevo estado de conciencia, en relación con tu cuerpo, y puedes seguir cultivándolo.