Aprende a utilizar la meditación de protección
La meditación de protección es una práctica espiritual que reúne técnicas de concentración, relajación y visualización, con el propósito de crear barreras de energía psíquica, que impidan el avance de la negatividad.
Como medio de resguardo energético, la meditación de protección forma parte de sistemas de sanación holística y diferentes corrientes espirituales (Metafísica Cristiana, Angeloterapia, Magia Blanca, Yoga, y otros).
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Sin embargo, no es indispensable profesar una determinada creencia religiosa para practicar la meditación de protección, únicamente es preciso tener confianza en los resultados del procedimiento.
Durante la visualización, que acompaña la meditación de protección, el individuo puede focalizar su atención en la divinidad de su devoción, en la fuerza del Naturaleza, el Universo o la conexión con su propio ser interior.
Consideraciones sobre meditación de protección
Una de las principales ventajas de la meditación de protección, es que se trata de un método simple y práctico, que puede ser ejecutado en cualquier momento o lugar, siempre que el sujeto lo requiera.
Cada corriente espiritual tiene sus propias normas para trabajar la meditación de protección, algunas técnicas pueden revestir más dificultad que otras, o centrarse en aspectos como el contacto con la divinidad.
En general, la secuencia del ejercicio plantea el siguiente orden: relajación, visualización y concentración. Puedes realizar la práctica sentado o de pie, con los ojos cerrados o abiertos.
No obstante, se recomienda que los principiantes inicien los ejercicios de la meditación de protección, sentados y con los ojos cerrados, para facilitar la concentración y la relajación.
¿Cómo practicar la meditación de protección?
Para iniciar la práctica de la meditación de protección, toma asiento en un lugar que no seas molestado (puede ser en el suelo o una silla, lo importante es que te sientas cómodo, durante el ejercicio).
Coloca las manos sobre las rodillas o los muslos, cierra los ojos y comienza a respirar de formar pausada, centrando tu atención en la respiración. Deja que los pensamientos pasen sin detenerte en ellos.
Una vez hayas alcanzado el estado de relajación, comienza a visualizar la formación de una esfera de luz a tu alrededor, que te rodea por completo, de la cabeza a los pies.
Generalmente, la visualización corresponde a una luz de color blanco, pero puedes agregarle un color que represente protección para ti, o te haga sentir seguro y confiado.
Los seguidores de la Metafísica Cristiana acostumbran utilizar el color azul (por San Miguel Arcángel), el rosa (por la Llama Rosa de Amor Divino), y el violeta (por la Llama Violeta Transmutadora y la Ley del Perdón).
Cuando la esfera este completa, centra tu atención en la figura recreada, visualízala cada vez más brillante y sólida, capaz de resistir ante la posible intrusión de cualquier tipo de negatividad.
Consolidada la imagen, vuelve tu atención a la respiración y visualiza como la luminosidad de la esfera es absorbida por cada inspiración, infundiéndote su poder. Una vez que la esfera se haya disuelto, abre los ojos con lentitud y vuelve a tus tareas habituales.
Práctica el ejercicio siempre que necesites reforzar tu confianza o te sientas rodeado de negatividad (chismes, envidia). Con el tiempo, podrás efectuar la meditación de protección en cualquier momento, e incluso proyectar la esfera de luz sobre seres queridos que desees proteger.
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