Meditación zen, conseguir la liberación del pensamiento
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La meditación zen busca el conocimiento teórico o intelectual con la experiencia de la sabiduría más allá del discurso racional.
Hay dos clases de meditación zen: con Koan, el cual es una especie de acertijo que al meditar sobre él permite una comprensión profunda.
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Mientras tengamos el pensamiento en el discurso racional no será posible encontrar la solución; liberación de pensamiento, en ella no se piensa ni se deja de pensar, sino que se deja pasar el pensamiento.
Sin duda es un tipo de meditación que ayudará a relajarse al practicante y poder llegar a conceptos que de otra manera resultaría muy difícil, por no decir imposible.
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Cómo practicar la meditación zen
Para una práctica adecuada en la que podamos obtener el resultado que andamos buscando, habrá que tener en cuenta varios puntos fundamentales:
Ropa y entorno
Deberemos utilizar ropa suelta y cómoda. El lugar elegido para practicar la meditación zen tiene que ser tranquilo, sin ruidos ni demasiada luz, aunque tampoco demasiado oscura que pueda hacer que nos durmamos. La temperatura debe ser agradable.
Postura correcta
La habitual es la postura del loto, o al menos del medio loto en el caso de que no se pueda completa. Lo fundamental es tener la espalda recta pues permite optimizar el funcionamiento del diafragma en la respiración zen.
A continuación se colocan las manos con las palmas abiertas una sobre la otra en el regazo. Mantenemos la boca cerrada y presionamos la lengua suavemente contra el paladar.
Técnica
Hay que respirar de manera profunda y con rítmica. Contaremos las inhalaciones hasta diez y a continuación repetiremos de nuevo. La clave es dejar que los pensamientos sigan su curso, sin implicarnos, dejándolos pasar. De esta manera invadirá cada vez menos la meditación.
Beneficios de la meditación zen
Es importante tener en cuenta que para que estos beneficios sean duraderos habrá que practicar esta meditación de una manera constante, intentando siempre que sea a la misma hora y en el mismo entorno.
- Ayuda a combatir el estrés, aliviando muchos problemas de salud que derivan del mismo.
- Permite que los músculos se relajen.
- Reduce la ansiedad.
- Evita los dolores de espalda que se producen con las contracturas.
- Permite aumentar la conciencia de uno mismo así como la sensación de bienestar.
- Ayuda a generar emociones positivas.
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