Meditaciones cristianas, reflexiones profundas para tu día a día
Las meditaciones cristianas ayudan a profundizar en nuestro interior.
Creer en algo, tener fe, es una actitud positiva que genera a su poseedor un impulso, una motivación. Pero además de creer en una religión, en un ser superior generador del universo, hay que conocer y creer en nosotros mismos.
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Y es que el interior de cada persona es su propio universo. En él debemos aplicar todos aquellos principios religiosos en los que creemos, donde Dios ejerce de referencia además de guía, para aplicarlos en nuestro día a día.
La práctica habitual de meditaciones cristianas hará que podamos interpretar correctamente la doctrina de Jesucristo y utilizarla en las acciones que desarrollemos durante la semana.
Pensar sobre cómo somos, qué deberíamos hacer para progresar nosotros y también para ayudar a los demás.
Sólo hace falta concentrarnos un poco, analizarnos y buscar el camino más adecuado para poder llegar el fin que buscamos, una evolución espiritual que nos convierta en mejores personas.
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Ejemplos de meditaciones cristianas
Intentar las cosas
A menudo solemos pensar que aquello que nos gustaría hacer en la vida resulta muy complicado. Ya sea elegir una profesión concreta y poder vivir de ella, visitar tal o cual país, conocer a la persona que nos gusta…
Como decía Franklin D. Roosevelt, es habitual escoger un método y probarlo. En el caso que sea un fracaso debemos admitirlo con franqueza y no pasa nada. Lo más importante de todo es probar a hacer algo. Con esto lo que queremos reflejar es que en esta vida hay que intentar las cosas. No dejar de hacerlas por el miedo al fracaso.
Así, si lo que nos gusta es escribir, hagámoslo. Pero tomándolo en serio, pensando es que nos pueden incluso publicar nuestro escrito. Seguramente nadie lo publicará, pero será el primer paso y con la continuidad aprenderemos el oficio. El peor fracaso en esta vida es no intentar las cosas.
Hacerlo nos convertirá en personas con iniciativa, que luchan por aquello en lo que creen. Con Dios ocurre lo mismo, se puede creer en él, pero hay que buscarlo y actuar pensando en los demás para estar cerca de él.
Creer cuando apenas quedan esperanzas
Suele pasar que cuando todo va bien y la vida nos sonríe nuestra fe se ve impulsada por el carácter favorable de los acontecimientos.
Sin embargo, la vida cambia de un día para otro y cuando vienen los malos tiempos, la creencia se debilita y se considera que Dios nos ha abandonado. Sin duda una prueba de fuego que hay que saber superar.
Porque en los malos momentos es cuando deben afianzarse las creencias para superar las dificultades. Cuando esto ocurre, al retomar de nuevo los buenos tiempos valoraremos mejor lo que tenemos y cómo estamos respaldados cuando llega el momento.
Las meditaciones cristianas son todas aquellas reflexiones profundas que los practicantes de esta religión se deben hacer a menudo conocerse a sí mismos.
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