Descubre la escucha profunda en el Mindfulness
El Mindfulness tiene como objetivo aprender a centrar nuestra atención, de forma consciente, y así poder disfrutar a plenitud la experiencia de vivir en el momento presente, con actitud de agradecimiento.
Entre las distintas técnicas desarrollas en el Mindfulness, se encuentra la escucha profunda: un proceso para focalizar la atención, a través del sentido del oído, evitando otras distracciones.
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En el mundo moderno, estamos acostumbrados a ser personas multitareas o “multitasking”. Comemos y miramos televisión a la vez, o revisamos el teléfono celular mientras conducimos un vehículo, y así infinidad de ejemplos.
Como técnica utilizada en sesiones de meditación (especialmente en meditaciones guiadas), la escucha profunda nos impulsa a ocuparnos de una sola actividad: prestar atención a lo que captamos con el oído.
Las sesiones de escucha profunda tienen una fuerte cualidad sanadora, porque permiten tomar cuenta tanto del mundo interior como del exterior, liberando la mente de la presión de emitir juicios, para enfocarse solo en escuchar.
¿Cómo realizar la escucha profunda?
Puedes practicar la escucha profunda de forma individual, como si se tratará de un ejercicio de meditación, o en tu día a día, mientras compartes momentos con familiares y amigos.
Si decides realizarlo en solitario, ubica un lugar donde no puedas ser molestado, desconecta los aparatos eléctricos que puedan interferir con tu atención, y utiliza ropa cómoda.
Elige una posición que te resulte confortable, acostado o sentado. Asume la posición seleccionada, cierra los ojos y enfócate en el sonido de tu respiración. Dedica a este ejercicio, por lo menos 5 minutos.
Generalmente las actividades de escucha profunda, inician escuchando la respiración propia. Posteriormente, puedes aumentar la dificultad de la tarea intentado captar otros sonidos (grabados o naturales).
Cuando te enfoques en el sonido de tu respiración, notarás el constante ajetreo de tu mente. Deja que los pensamientos tumultuosos se disuelvan y continúa enfocándote en el sonido que haces al respirar.
Este ejercicio produce un estado de relajación, así que es posible que te duermas. No te preocupes y vuelve a intentarlo. Terminado el ciclo de 5 minutos, abre los ojos y recobra la movilidad de tu cuerpo lentamente.
Puedes utilizar esta técnica todas las veces que desees, e incluso aumentar los márgenes de duración, conforme avanzas en tus prácticas.
La escucha profunda en la vida diaria
Es posible practicar la escucha profunda en tu vida diaria. Para ello, únicamente debes centrar tu atención en la persona que te habla, sea un amigo, familiar o compañero de trabajo.
Mira a la otra persona a los ojos, y dedícate a escucharlo atentamente. Evita hacer otras tareas mientras escuchas a tu compañero (como mirar el teléfono), y si tu mente se distrae, céntrate en el sonido de la voz.
Presta atención a lo que el otro dice y cómo lo hace. No juzgues el contenido de su comunicación, ni intentes ofrecer una solución que no te piden, simplemente escucha y haz preguntas que obliguen a tu interlocutor a buscar las respuestas en su interior.
De esta forma, fomentarás un sentimiento de comprensión en tu compañero, algo mucho más valioso que una solución obtenida a toda prisa, y prestando solo la mitad de tu atención.
Importante: la escucha profunda es un ejercicio de Mindfulness, no implica que sea tu forma habitual de comportamiento. Sin embargo, sería maravilloso que pudieras aplicarlo con aquellas personas que son valiosas para ti.