Misticismo y el desapego a las cosas mundanas
En muchos artículos nos referimos al misticismo o a la cualidad de ser místico pero a veces no conocemos el alcance de la palabra que estamos utilizando.
Si buscamos la definición formal que da la Real Academia de la Lengua Española encontramos tres acepciones.
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Definiciones formales del Misticismo
La primera de ella indica que misticismo es el “estado de la persona que se dedica mucho a Dios o a las cosas espirituales”.
La segunda se refiere al “estado extraordinario de perfección religiosa, que consiste esencialmente en cierta unión inefable del alma con Dios por el amor, y va acompañado accidentalmente de éxtasis y revelaciones”.
Por último, la tercera es “doctrina religiosa y filosófica que enseña la comunicación inmediata y directa entre el hombre y la divinidad”.
Consideraciones filosóficas del Misticismo
Para elaborar una definición más completa no podemos quedarnos sólo con la definición formal, sino que deberíamos acudir también a la filosofía, y basándonos en el filósofo y autor de libros de ocultismo y mitología Manly Palmer Hall, el misticismo es “una creencia o convicción de la experiencia de la esencia divina”.
A pesar de la referencia constante que hacen las definiciones de misticismo a Dios, una persona mística no tiene por qué tener una creencia religiosa concreta, pero parece necesaria que acredite en la existencia de una unidad, de un todo.
Creer en la existencia de que existe algo más allá de lo que podemos percibir con los sentidos. Siguiendo estas premisas podríamos denominar una lista de misticismos.
Misticismo budista
La mística budista aspira a alcanzar el nirvana. Para conseguirlo hay que realizar complejas meditaciones introspectivas que ayuden a desintegrar la apariencia lógica de la realidad.
Misticismo judío
La cábala quiere decir recepción. La aspiración es llegar a conseguir acercarse a Dios y sus criaturas porque todos los seres son emanaciones de Dios, el alma humana es, a la vez, una partícula de la divinidad.
Misticismo cristiano
En el cristianismo la mística es también conocido como éxtasis y viene otorgado por Dios a las personas que han cumplido las normas dictadas y han vivido de forma ascética la fe que Jesús proclamó.
Misticismo pagano
Las religiones denominadas como paganas, las anteriores al judaísmo, cristianismo e islamismo, caracterizadas por el animismo o el politeísmo, están cargadas de misticismo. Éste se alcanza con la comunión perfecta entre el hombre y la naturaleza, el entorno en el que vive.
Características del misticismo
De forma breve hemos elaborado una lista de misticismos pero ¿existen características de un místico?
La respuesta de nuevo se torna complicada, pero todo parece indicar que quien pretende alcanzar el misticismo, sea del tipo que sea, debe llevar una vida que se adecúe a los dogmas que marca su creencia. Cultivar la vida espiritual bajo los mandatos de la fe en la que se cree.
Por tanto, un místico tiene que dar ejemplo con su vida, y con las obras que realiza en ella de aquello que pretende alcanzar.
El místico debe considerar también el desapego a las cosas mundanas como una de sus guías para alcanzar el misticismo. Recurriendo a las enseñanzas de Manly Palmer Hall podría definirse como:
“Buda enseñaba a valorizar tan sólo al recto conocimiento, que es lo único capaz de probar la inutilidad de todo lo demás. Cuando el alma comprende la inutilidad y la transitoriedad de las posesiones se librará del deseo y habiéndose liberado del deseo, habrá escapado de la red que el rey de la muerte arroja para esclavizar las almas humanas” .
Siguiendo esta cita, el místico debe eliminar de su vida cualquier muestra de deseo o apego por las cosas y su meta debe ser el conocimiento y la comunión con la divinidad.
En un momento como el actual, en el que muchas personas han perdido sus creencias religiosas, está en auge la necesidad de encontrar algo superior a nosotros mismos, una especie de orden cósmico que nos haga conectar con nuestra esencia.
Todas las acciones que realizamos para conseguirlo son, de alguna manera, intentos de alcanzar el misticismo, a distintos niveles.
Prácticas como la meditación o el yoga, tienen como fin último alcanzar un estado de conexión entre el cuerpo, la mente y el universo. Parece adecuado entonces desterrar las ideas clásicas de hombre místico y acercarlo a la cotidianeidad. De alguna manera, en mayor o menor medida, todos somos un poco místicos.