Mottainai: la corriente japonesa contra el despilfarro de los recursos
Los japoneses son un pueblo famoso por llevar un estilo de vida calmada, compaginando la práctica de ancestrales tradiciones con una gran eficiencia laboral gracias a la ayuda de las más vanguardistas tecnologías. Una manera de afrontar la existencia que siempre ha atraído al mundo occidental. El Mottainai es una de las últimas tendencias proveniente del país del sol naciente que más seguidores está ganando por todo el planeta.
Se trata de un término cuya traducción en español sería algo así como ¡Menudo desperdicio! Toda una declaración de intenciones vinculada al despilfarro generado por el gasto consumista y el abuso de los recursos naturales. Llevar una vida sostenible es la mejor manera para conseguir que los seres humanos puedan tener un futuro.
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Mottainai y su filosofía
Esta corriente japonesa fomenta la compra ética y respetuosa con el medio ambiente. Conocer la procedencia de los productos que consumimos nos ayuda a ser conscientes de la mano de obra utilizada para su fabricación, los recursos naturales destinados y la inversión económica necesaria para obtener cada alimento u objeto. Si, por ejemplo, los trabajadores empleados han sido explotados, significa que ya no se volverá a consumir ese producto.
Alargar la vida útil de un objeto
Con esta filosofía es posible hacer más sostenible el planeta. Evitar consumir por consumir cuando un producto aún puede seguir utilizándose más tiempo del que se había previsto. Todos tenemos una camiseta, vaqueros, jersey o cazadora que hemos utilizado hasta hartarnos. Sin embargo, hace ya mucho que no nos ponemos esas prendas. En lugar de tirarlas se pueden dar a otra persona para que siga usándolas o bien donarlas para aquellos que no tienen nada. Incluso si están demasiado deterioradas pueden cortarse y servir como trapos para limpiar el polvo.
Una silla rota puede reciclarse en otro objeto útil, como una estantería o una percha. Tan solo hay que echarle imaginación y ganas de que esta vieja compañera siga con nosotros durante algunos años más. Las botellas de plástico también pueden tener diferentes vidas en lugar de terminar en la basura y luego en el mar. Un macetero para la terraza puede ser su siguiente reencarnación.
La compra de prendas u objetos de segunda mano es otra magnífica manera de luchar contra el continuo consumo de recursos. En librerías, tiendas de muebles o de ropa de segunda mano se encuentran verdaderas joyas. Tan solo hay que rebuscar un poco.
Evitar el desperdicio de alimentos
Ocurre a menudo en el mundo occidental que sus habitantes compran más comida de la que realmente pueden consumir. La terrible causa-efecto de esta situación es que gran cantidad de alimentos terminan en la basura mientras en muchos barrios de las ciudades hay gente que no tiene nada que llevarse a la boca.
Para evitarlo el Mottainai habla de aprovechar al máximo los alimentos, evitando así su desperdicio. Las cáscaras de las naranjas, limones, mandarinas o pomelos no tienen por qué tirarse una vez consumida la fruta. Con las de las naranjas, por ejemplo, puede elaborarse piel de naranja glaseada, mermelada o incluso un recipiente y mecha para velas de aceite o cera. El pan sobrante que se ha puesto duro vale perfectamente para hacer pan rallado o picatostes.