Nian, el monstruo del año nuevo chino
Es indiscutible que las leyendas chinas son fascinantes, llenas de seres únicos, y entre estos se cuenta Nian, el monstruo a quien debemos la celebración del año nuevo chino o festival de la primavera, como la conocemos hoy en día.
Cuenta la leyenda que Nian es un ser monstruoso con cuernos, garras y afilados colmillos, que habita en lo profundo del mar o en las montañas (según si la leyenda corresponde al norte o al sur de China). A Nian le encanta salir en la víspera de año nuevo a devorar todo lo que encuentra a su paso, incluidos granos, ganado y especialmente niños.
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Nian y el origen de la felicitación de año nuevo
Debido a que Nian salía siempre en la víspera de año nuevo y rondaba durante toda la noche, los aldeanos que sobrevivían año tras año se felicitaban entre ellos el primer día del año por haber contado con la suerte de escapar de la bestia. Y de acá viene la costumbre de felicitarse en año nuevo. En chino Nian se pronuncia igual que “año”. Así que los aldeanos se felicitaban por sobrevivir al monstruo un año más. Por eso expresiones como “xīn nián kuài le” (¡Feliz Año Nuevo!) y “guò nián hǎo” (¡Que pases buen año!) se usan desde hace cientos de años y contienen la palabra “nian”.
Acá continúa la leyenda señalando que en alguna víspera de año nuevo llegó a la aldea un amable anciano que preguntó por qué estaban huyendo y al narrarle los peligros de Nian manifestó que él podía solucionarlo. Fue así como en la primera casa de la aldea colgó papeles rojos en la puerta y las ventanas, prendió faroles y luces y al momento de aparecer Nian estalló petardos que lo hicieron salir velozmente alejándose de la aldea y sus despavoridos habitantes.
Existe otra variante de la leyenda en la cual un campesino con una túnica roja y un cubo de agua accidentalmente se topó con Nian y el monstruo al verle su vestidura y escuchar el estruendo al caer el cubo se alejó para siempre de la aldea. No importa pues quién fue el encargado de alejar a Nian. Lo importante de la leyenda es que el color rojo. Las luces y el ruido estruendoso de los petardos es lo que mantiene alejado al monstruo en la última noche del año.
Además el rojo es el color de la buena suerte para los chinos. Así que cumple un doble propósito durante las celebraciones del año nuevo. Es por esta razón que en cada víspera de año nuevo las familias chinas adornan sus puertas con carteles rojos de buena fortuna, prenden faroles (también rojos) y a la media noche llenan el cielo con juegos pirotécnicos, y la costumbre se mantiene porque nadie quiere que Nian vuelva a aparecer.
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