Omamori: conoce la importancia de este popular amuleto japonés
Casi todas las culturas y religiones cuentan con algún o algunos tipos de objetos mágicos que protegen a las personas de diversos tipos de males. La cultura japonesa es un ejemplo. Los Omamori son talismanes que se venden en los templos budistas o los santuarios sintoístas como protección de sus poseedores.
Es habitual que los visitantes de estos recintos sagrados adquieran estos amuletos durante su primera visita del año a los mismos. Tal costumbre recibe el nombre de hatsumōde.
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El término mamori puede traducirse como protección. Al añadirse la O adquiere carácter más honorífico, generando la palabra Omamori. Hace referencia a los amuletos elaborados en sus orígenes con papel o madera. Su función es proteger a sus propietarios de la mala suerte y los malos espíritus. Hoy en día pueden estar elaborados, además de con tela, con los más variados materiales, como tarjetas de crédito o reflectores de bicicletas…
Esto es debido a que a veces los templos y santuarios carecen de los medios suficientes para satisfacer la demanda de Omamori. Entonces tienen que dirigirse a las fábricas para que le surtan del preciado talismán. Se encuentran a la venta tanto en los santuarios sintoístas como en los templos budistas, sin importar la afiliación religiosa de los visitantes.
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Composición y sacralización de los Omamori
Los Omamori tradicionales suelen tener la cubierta elaborada con seda brocada y en su interior albergan trozos de madera y papeles con oraciones escritas. Dichos textos traerán buena suerte y servirán de protección a sus compradores.
Su poder para alejar a la mala suerte hace que muchos japoneses los lleven colgados en los coches o en sus teléfonos móviles.
Para que el talismán adquiera el carácter de sagrado deberá pasar primero por un ritual. Cuando esto ocurre se dice que contienen hijos espirituales llamados busshin (para los sintoístas) y kesshin o manifestaciones (para los budistas).
Los Omamori se destinan al uso personal de los visitantes del templo o santuario. No obstante, su consideración principal es la de una donación de la persona que entra en el recinto sagrado. También es habitual regalarlos a otras personas como una forma de desearles lo mejor.
El amuleto no hay que abrirlo ya que si no se pierden sus beneficios protectores. Aunque no es necesario, lo normal es que cada año sean reemplazados para evitar la mala suerte del periodo anterior. Por ello los Omamori suelen devolverse en el mismo santuario o templo en el que fueron comprados. Allí los aprovecharán de la manera más correcta. La devolución tiene lugar poco después de Año Nuevo, para comenzar así una nueva etapa con un nuevo talismán protector.
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