La oración de los 5 dedos del Papa Francisco
La oración de los 5 dedos es una de las creaciones del Papa Francisco I, una rogativa empapada del espíritu cristiano original, que demuestra el carácter compasivo y práctico del prelado,
Nacido como Jorge Mario Bergoglio (1936), el Papa Francisco I recibió el solio pontificio en el 2013, después de la renuncia de Benedicto XVI. Es el primer Papa jesuita, y también el primero procedente de Sudamérica (nació en Argentina).
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Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco I se ha caracterizado por su sencillez, la cercanía a los más necesitados, y el impulso a procesos de diálogo, entre distintos sectores, basados en la compasión y el respeto.
Cuando se desempeñaba como Arzobispo de Buenos Aires (1998 – 2013), el Sumo Pontífice desarrolló la oración de los 5 dedos, que más que una plegaria se trata de una sencilla guía para rezar con eficiencia y corazón.
Mediante una serie de breves indicaciones, el Santo Padre invita a seguir el camino de la plegaria, teniendo como eje los dedos de la mano, de allí el nombre asignado: oración de los 5 dedos.
Las instrucciones conminan a encontrar la compasión en el corazón, y transfórmalo en oración por aquellos que más lo necesitan: familia, amigos, maestros, médicos, líderes, personas desfavorecidas y uno mismo.
La oración de los 5 dedos
El dedo pulgar es el que está más cerca de ti. Así que comienza orando por aquéllos que están más unidos a ti. Son los más fáciles de recordar. Orar por los que amamos es una dulce tarea.
El próximo dedo es el índice: Ora por los que enseñan, instruyen y curan. Ellos necesitan apoyo y sabiduría al conducir a otros por la dirección correcta. Mantenlos en tus oraciones.
El siguiente dedo es el más alto (dedo medio). Nos recuerda a nuestros líderes, a los gobernantes, a quienes tienen autoridad. Ellos necesitan la dirección divina.
El próximo dedo es el del anillo (anular). Sorprendentemente, éste es nuestro dedo más débil. Él nos recuerda orar por los débiles, enfermos o atormentados por problemas. Ellos necesitan tus oraciones.
Y finalmente tenemos nuestro dedo pequeño, el más pequeño de todos. El meñique debería recordarte orar por ti mismo.
Cuando hayas terminado de orar por los primeros cuatro grupos, tus propias necesidades aparecerán en una perspectiva correcta y estarás preparado para orar por ti mismo de una manera más efectiva.
La universalidad de las instrucciones contenidas en la oración de los 5 dedos, hace posible que pueda ser adoptada por otras corrientes espirituales, distintas a la religión católica, que deseen conectar con el espíritu de la compasión, a través de la plegaria.
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