Oración de Agradecimiento por todo lo recibido
La Oración de Agradecimiento, por lo general, es realizada en señal de aceptación a Dios por todas las cosas que permite, aunque en ocasiones puedan ser vistas por los ojos de las personas como negativas o no tan buenas.
Es importante que en todo momento se sea agradecido ante lo poco y lo mucho, como una sencilla entrega a su voluntad divina. Bajo ningún concepto podemos pensar que nada de lo que ocurre, sucede sin la gracia y aprobación.
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Cómo hacer la Oración de Agradecimiento
En principio, no debemos dejar de dar gracias todos los días, cada minuto que transcurre. Es una buena y sana práctica, que todas las personas tengan una lista de deseos y peticiones, así como de cosas que –aunque no sean del todo comprendidas- deben ser apreciadas.
Se trata de hacer énfasis en lo que se tiene y no en lo que falta, en la abundancia y no en la escasez; no ver el vaso medio vacío sino medio lleno. Con la Oración de Agradecimiento nos concentramos principalmente en esto y no en aquello que se pretendió en algún momento y no pudo ser.
Existen algunas afirmaciones que también pueden repetirse constantemente con la finalidad de completar la Oración de Agradecimiento. Hablamos de frases que hagan mención a la trascendencia de agradecimiento.
- Asumo la actitud positiva ante todo lo que ocurre.
- Tengo una vida plena.
- No necesito nada que esté fuera de mí.
- Mis ojos sólo son capaces de ver amor y gratitud.
Los ejercicios de respiración también permiten concentrarse en la luz interior de las personas y entrar en contacto con la conciencia universal.
La gratitud se trata de ver todo cuanto ocurre como una oportunidad para crecer. “Para los que aman a Dios, todo lo que ocurre contribuye para su bien”.
Se dice que si se necesita un milagro, se le debe agradecer a diario a Dios por la abundancia. La Oración de Agradecimiento puede realizarse durante veintiún días seguidos en señal de gratitud. No siempre deben realizarse con palabras y oraciones elaboradas, se trata de decirlo con las propias palabras, pero con sentimiento y convicción.
Hoy acudo a ti, no con pedidos, sino con un profundo agradecimiento por tu gran bondad.
Entro hoy a tu presencia con gratitud y te bendigo.
Además de decirte gracias, también te presentaré mis “acciones de gracias” como enseña la Biblia, llevando ante tu altar mis ofrendas en reconocimiento a tu gran bondad.
Ya no me atribularé por mis necesidades, sino que las presentaré en oración.
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