Oración para bendecir a los hijos. El poder del amor
El amor por los hijos es inconmensurable y es por eso que oramos y pedimos por ellos, en profunda unción. En este artículo hablamos de la oración para bendecir a los hijos.
¿Cómo bendecir a los hijos?
En diferentes culturas y en diversos hogares existe la tradición de la bendición. En algunos casos los hijos vienen donde los padres para pedir su bendición y en otros, los padres van hacia sus hijos para bendecirlos.
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A veces es sólo el padre o la madre individualmente, quien bendice, y otras veces son ambos padres. Lo ideal es que en todos los casos, se efectúe con un profundo afecto, pongan la mano en la cabeza de su hijo y le reciten la oración para bendecir a los hijos.
Luego le agradecen y le dicen al oído algo positivo; o algunas de sus cualidades; o alaban algo que ha hecho bien; o por último le dicen cuánto lo quieren.
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Oraciones del mundo cristiano para bendecir a los hijos
Oración a Díos para bendecir a los hijos
Ayúdalos a encontrar personas de bien en sus vidas.
Te pido tu bendición para ellos, para que amen a sus padres, hermanos y su hogar.
Te pido para que les ayudes a construir su vida en la felicidad, el amor y el perdón.
Oración para bendecir a los hijos
Hijo mío, yo te bendigo,
Hijo mío, tú eres hijo de Dios,
Tú eres capaz, eres fuerte, eres inteligente,
Eres bondadoso, consigues lo que te propongas,
Ya que la vida de Dios está dentro de ti.
Hijo mío,
Siempre te veo con los ojos de Dios,
Yo te amo con el amor de Dios,
Yo te bendigo con la bendición de Dios,
Infinitas gracias.
Hijo mío,
Tú eres la luz de nuestras vidas,
Tú eres la alegría de nuestro hogar,
Tú eres un regalo de Dios.
Tendrás un futuro brillante,
Ya que naciste bendecido por Dios,
Y estás creciendo en la bendición,
y el amor de nuestro hogar,
Gracias hijo.
Infinitas gracias.
Padre y madre, que Dios nos transforme en verdaderos creyentes de la oración, confiando en las bendiciones del Señor, incluso cuando los caminos nos parecen tortuosos e incomprensibles, podamos tener la fe de que la decisión del señor es más sabia que la nuestra.