Oración para casos difíciles. La fe mueve montañas

Cuando estés pasando por algo muy difícil de resolver o enfrentado a una situación que considera imposible, te recomendamos hacer la oración para casos difíciles.

La Oración para casos difíciles se recomienda hacerla diariamente durante un mínimo de 7 días seguidos y un máximo de 21 días. Después de ese plazo, con fe, descansa y espera la respuesta de Dios. Pasados los 21 días, si lo consideras necesario y lo necesitas, puedes reiniciar el ciclo.

Es importante señalar que la eficacia de una oración – y la oración para casos difíciles no es la excepción – no depende de ella en sí, de su estructura o algún elemento “mágico”. Lo más importante es la fe. La confianza en quien pedimos, la humildad y la perseverancia con que la hacemos. Y por supuesto que el pedido tenga que ver con algo bondadoso.

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Las ventajas de la oración para casos difíciles

Es importante tener  la confianza de que el problema se resolverá rápido cuando reces la oración para casos difíciles. Deja toda sombra de duda de lado.

La oración para casos difíciles a menudo trae soluciones rápidas. Pero es necesario que haya fe en el momento de mentalizar lo que se necesita realmente. Sea un empleo o de ayuda financiera. Hay que ver con claridad lo que se desea y que debe ser algo que realmente se necesita.

Cuando estamos afligidos y desesperados, se limitan nuestras respuestas, no podemos ver soluciones. El nerviosismo obstaculiza nuestro discernimiento. Por eso necesitamos primero calmarnos, para que podamos aclarar nuestra mente y así ver el mejor camino a seguir. Nadie mejor que Dios o algún guía inspirador para indicarnos ese camino.

Nunca desistas, aunque te parezca imposible, no desistas. No dejes que alguien te convenza que es imposible y que debes desistir. Dios hace maravillas en quien tiene fe. «Para Dios nada es imposible». Cree en la frase que dice: la fe mueve montañas, entonces tu problema es una cosa pequeña al lado de las maravillas que Dios puede realizar. No te desesperes. Has la Oración para casos difíciles y pídele a Dios que te ayude a encontrar la mejor solución.

Oración para casos difíciles

Señor,
Sabemos que sin ti nada somos,
que fuerza ninguna tenemos lejos de ti.

Sabemos que somos débiles
y muchas veces buscamos resolver los desafíos de la vida con la fuerza de nuestro propio brazo
y no siempre lo conseguimos
y acabamos a tus pies nuevamente pidiendo socorro.

Tengo esta causa en mi vida,
Señor (declare su causa ahora)
y a pesar de que el Señor la conozca bien,
la pongo delante de ti.

Porque sé que solo yo no consigo,
y también sé que tú Señor todo lo puedes,
incluso sobrepasar las barreras de lo natural, lo lógico,
de lo que es considerado imposible para nosotros.

Porque tú eres el Dios que abre mares
y calma tempestades.
Que haces a los inválidos caminar,
a los ciegos ver.

Tú eres el Señor del Universo,
que multiplica panes, peces y estrellas.
Eres el eterno,
el comienzo, el medio y el fin de todo lo que existe.

Tú eres el Dios que trajo a la vida a un hombre
y que resucitó a tu propio hijo de entre los muertos.
Para ti nada es imposible |
y para mí nada es posible sin ti, Señor.

Ante toda esa soberanía y magnitud,
pido en nombre de mi Señor Jesucristo,
que oigas este clamor desesperado de un corazón arrepentido,
que escuches esta humilde oración de tu hijo, de tu hija,
afligida y sedienta de respuestas, de cambios, de soluciones.

Que mi mente, mi alma,
que todo mi ser esté abierto para recibir este milagro.
Que el Señor trabaje en mí transformando mi carácter para que yo reciba esa nueva vida
y que mis limitaciones no sean obstáculos para que tu plenitud me alcance.

Yo presento toda mi gratitud por todo lo que eres,
por todo lo que tengo,
por todo lo que has hecho y lo que aún hará en mi vida.
Te pido que evalúes con justicia mi clamor.

Si no es justo,
te pido perdón y que el Señor me ayude a transformarme,
mostrándome a través del Espíritu Santo lo que realmente necesito y cómo debo pedirlo,
porque sé que no siempre sabemos orar como es debido.

Aumenta mi fe, Señor.
Y si mi clamor es justo,
ya te agradezco la victoria en el nombre de Jesús que nos enseñó que todo lo que pedimos en oración,
con fe, lo recibimos.

Con toda mi más profunda reverencia y devoción,
te entrego esta oración mi Señor,
en el nombre de Jesús.

Amén.

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