Oración de Gracias para acercarnos a Dios
Es a través de la Oración de Gracias que entramos en contacto con nuestra energía interna, en señal de gratitud por todo cuanto nos fue concedido. Se dice que Dios ve con buenos ojos todas las palabras que proferimos en señal de agradecimiento por la vida, la familia, los hijos, la carrera profesional, la pareja, etc.
Hacer una Oración de Gracias nunca será malo. Comunicarse de forma directa con Dios, o cualquiera que fuera la figura a la que acudimos, siempre traerá consigo la sencilla entrega a la voluntad divina, pero también nos traerá de vuelta numerosas bendiciones y buenas energías.
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Cómo hacer una buena Oración de Gracias
No son necesarias frases pensadas o discursos sumamente rigurosos. Basta tan solo con interiorizar todo aquello por lo que queremos dar gracias y hacer un ejercicio de profunda introspección. Esa mirada positiva sobre la vida de cada uno de nosotros, será la sal y agua para nuestra vida.
Cada día debe ser visto como una nueva oportunidad, una bendición, una posibilidad de hacer las cosas nuevamente, intentar, errar, corregir, experimentar, todo esto guarda relación con la Oración de Gracias.
En especial al despertarnos, es una excelente fórmula comenzar el día con la Oración de Gracias. Sin importar nuestra condición, una palabra positiva atraerá más cosas buenas a diferencia de que empleemos un lenguaje inapropiado o simplemente nos olvidemos de todo cuanto nos ha dado la vida.
Al finalizar nuestra jornada, también es conveniente reservar un espacio para la Oración de Gracias. Unos minutos o segundos bastan. Ver alrededor y percibir que estamos vivos, rodeados de bendiciones. Hacer una lista de las cosas negativas no traerá nada bueno, mientras que enumerar lo positivo, será visto por el universo con buenos ojos en señal de que han sido aceptados y agradecidos todos los dones.
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Oración de Gracias de San Francisco de Asís
San Francisco de Asís, conocido por su don de pobreza y obediencia, enseñó siempre el poder de la oración y de todas las palabras que se expresan con fe y en especial con la convicción de que seremos escuchados. En ocasiones, son los más sencillos de corazón los que son capaces de decir la Oración de gracias más auténtica.
La oración nos pone en contacto con un ente superior que tiene una visión omnipotente de todo y que hará que todo ocurra en el momento justo, bajo la gracia y manera perfecta.
Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios,
Padre santo y justo, Señor rey del cielo y de la tierra,
por ti mismo te damos gracias, porque, por tu santa voluntad y por tu único Hijo con el Espíritu Santo,
creaste las cosas espirituales y corporales, y a nosotros, hechos a tu imagen y semejanza, nos pusiste en el paraíso.
Y nosotros caímos por nuestra culpa.
Y te damos gracias porque, así como por tu Hijo nos creaste, así, por tu santo amor con el que nos amaste,
hiciste que él, verdadero Dios y verdadero hombre, naciera de la gloriosa siempre Virgen la beatísima Santa María,
y quisiste que nosotros, cautivos, fuéramos redimidos por su cruz y sangre y muerte.
Y te damos gracias porque ese mismo Hijo tuyo vendrá en la gloria de su majestad a enviar al fuego eterno a los que no hicieron penitencia y no te conocieron,
y a decir a todos los que te conocieron y adoraron y te sirvieron en penitencia:
Venid, benditos de mi Padre, recibid el Reino que os está preparado desde el origen del mundo.
Amén
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