Oración en el huerto, un momento de profundo dolor
Tras la Última Cena Jesús manifiesta la necesidad urgente de rezar. Su alma se encuentra sumida en terribles sentimientos mortales que la desgarran. La tristeza y la angustia atacan con fuerza. Entonces se dirige al Huerto de los Olivos para hablar con su padre. Es la famosa oración en el huerto.
Se conmemora el Jueves Santo de cada año durante la Semana Santa. El Huerto de los Olivos era un lugar visitado habitualmente por Jesús y sus discípulos. Hecho que facilitó la tarea del traidor Judas de encontrarlo allí. Un lugar llamado Getsemaní, a los pies del Monte de los Olivos, situado en Jerusalén.
¡Suscríbete a nuestra newsletter!
¿Te encanta la astrología? ¡Recibe contenido exclusivo!
El nombre proviene de una palabra aramea y se puede traducir como prensa de aceite, en referencia al aceite de oliva. El sitio desde el que Jesús realizó la oración en el huerto mientras sus discípulos dormían cerca de él.
Oración en el huerto
Diferentes referencias bíblicas hablan de aquel momento:
- San Lucas lo indica en el capítulo 22, versículo 39 a 46.
- San Marcos lo hace en el capítulo 14, versículo 32 a 42.
- San Mateo recoge el evento en el capítulo 26, versículo 36 a 46.
Según cuenta San Mateo, dijo: «Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz; pero no sea yo como quiero, sino como quieres Tú». Allí, postrando su cara sobre la tierra, sentía una soledad tremenda.
Para hacerle frente se dirigió a sus apóstoles, los cuales se habían quedado dormidos sumidos también en su preocupación por Jesús. Los despertó y les instó a rezar para evitar así caer en la tentación. También les dijo que en breve llegarían los sayones que, guiados por Judas Iscariote, lo llevarían preso.
Uno momento sin duda muy duro en el que, pese a la desesperación, Jesús asume cargar los pecados de todos los hombres. Un supremo acto de generosidad donde pagaría con su vida para acabar así con todas nuestras deudas.
Sacrificio desinteresado donde únicamente podemos encontrar amor. Esa oración en el huerto en la que muestra su agonía quien vino al mundo a redimirnos no podemos olvidarla nunca. Debe servir de ejemplo cuando las cosas van muy mal y estamos a punto de rendirnos. Si lo hacemos, sería como desentenderse de Jesucristo. Como dijo San Agustín, solo me condeno; con Dios me salvo.
Como les dijo Jesús a sus discípulos, hay que rezar para evitar así poder caer en la tentación. Debemos estar siempre vigilantes ya que el enemigo nunca duerme. De esta manera seremos más fuertes espiritualmente y notaremos siempre la presencia de Dios cerca.
Te puede interesar: