Poderosa oración al Justo Juez para el amor
Si usted anda con problemas del corazón, buscando el amor o con dificultades en su relación de pareja, pruebe rezar esta oración al Justo Juez para el amor y para el bienestar.
Es muy potente, y se puede usar para diversos propósitos con maravillosos resultados.
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Oración al Justo Juez para el amor
Los tres clavos que perforaron tus manos y pies son símbolos de tu sacrificio. Recurro en todo momento para hacerte justicia.
Mi corazón está atormentado por eso te rezo a ti querido Padre, para pedir tu ayuda y tus consejos, para arreglar mis problemas.
El Señor está cerca de todos lo que lo llaman. De todos lo que le llaman sinceramente.
Tengo la persona (o cosa que se pide) _____ en el corazón.
Ayúdame, querido Padre, protéjame de mis enemigos y del mal. Concédeme un hogar feliz.
Gracias, mi Padre por tu amor, protección, y orientación. Te honro todos los días de mi vida. Amén.
Oración al Justo Juez para el amor (para mujeres)
Esta es una oración católica al Justo Juez no muy conocida y menos recitada en las iglesias, está dedicada a las mujeres.
Aunque su lenguaje no es muy directo, se cree que esta oración al Divino y Justo Juez es para mejorar la vida de las mujeres, para que encuentren el amor y también el camino de la fe.
La Santa compañía de Dios me acompañe y el Manto de Santa María, su madre, me cobije y de malos peligros me defienda, Ave María, gracia plena, Dominus Tecum, me libre de todos los espíritus bautizados y sin bautizar. Los voy a vencer.
Cristo reina, Cristo de malos peligros me defienda, el Señor y justo individual hijo de Santa María Virgen, aquel que nació en aquel solemne día, que no pueda yo ser muerto, ni que me quieran mal.
Tengan ojos y no me vean, manos no me toquen, hierro no me hiera, nudos no me aten.
Dios le dijo a Libón, que con tres nueces no pudieran hacerme daño, ni a ti ni a ninguna persona que la trajera consigo y te defendiere aunque no lo digas, Amén, Jesús, María y José, Dominus Tecum Verbum Carum.
Santa María piadosa, madre de nuestro Señor Jesucristo: al monte Tártaro entraste, la gran serpiente encontraste; con el cíngulo la ataste, con hisopo de agua bendita la rociaste, al mundo la sacaste.
Ablándale el corazón a mis enemigos, que ojos tengan y no me vean, pies y no me cojan, manos no me toquen, hierro no me hiera, nudos no me aten, por las tres espadas de San Julián sean vencidos, con la leche de la Virgen sean rociados, en el Santo Sepulcro sean sepultados. Amén.
Jesús, María y José, tres Padres Nuestros a la muerte y pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Esta es la oración de la Santa Camisa, la del hijo de Dios vivo, la que me pongo en contra de mis enemigos.
Tengan ojos y no me vean, pies y no me alcancen, manos y no me toquen, hierro no me hiera, nudos no me aten, por las tres coronas del Patriarca San Abraham, aquí ofrezco una oración en unión de mi persona, que vengan mis enemigos tan mansos a mí, como nuestro Señor con el madero a la cruz.
San Idelfonso, bendito confesor de nuestro Señor Jesucristo: bendijiste la hostia y el cáliz, en el Altar Mayor, bendice mi cama, mi cuerpo y mi casa y todo mi alrededor, líbrame de brujos, hechiceros y personas de malignas intenciones, con tres te mido, con tres te parto, con la gracia de Dios y el Espíritu Santo.
Amén, Jesús, María y José.
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