Oración de la paz. Logra el perdón y la reconciliación
Muchas veces nos preguntamos por qué es importante pedir por la paz. ¿Qué existe tras ese pedido universal de la oración de la paz?
Dependiendo de cada credo religioso, existirán diversas formas de pedir por la unión y comunicación de los pueblos, con un denominador común: la armonía y la paz.
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La paz sólo se consigue si se obvian las diferencias y se suman las igualdades. Olvidamos lo distintos que somos y pensamos lo que tenemos en común.
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A quiénes incluir en la oración de la paz
Para que la paz se convierta en una realidad, debemos incluir en las oraciones a todos los involucrados, a todos los niveles
- Líderes de opinión, políticos, personalidades sociales relevantes.
Debe pedirse por la paz en los corazones de todos aquellos que tienen en sus manos el destino de las naciones. Que sus decisiones traigan la paz y no la guerra.
- Aquellos que tratan de fomentar la reconciliación.
Oración de la Paz de Su Santidad Juan Pablo II
Oh, Dios, Creador del universo,
que extiendes tu preocupación paternal sobre cada criatura y que guías los eventos de la historia a la meta de la salvación;
reconocemos tu amor paternal
que a pesar de la resistencia de la humanidad
y, en un mundo dividido por la disputa y la discordia,
Tú nos haces preparar para la reconciliación.
Renueva en nosotros las maravillas de tu misericordia;
envía tu Espíritu sobre nosotros,
para que él pueda obrar
en la intimidad de nuestros corazones;
para que los enemigos puedan empezar a dialogar;
para que los adversarios puedan estrecharse las manos;
y para que las personas puedan
encontrar entre sí la armonía.
Para que todos puedan comprometerse
en la búsqueda sincera por la verdadera paz;
para que se eliminen todas las disputas,
para que la caridad supere el odio,
para que el perdón venza el deseo de venganza.
Oración de la paz de San Francisco de Asís
Señor,
hazme un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor,
donde haya ofensa, ponga yo perdón,
donde haya discordia, ponga yo armonía,
donde hay error, ponga yo verdad,
donde haya duda, ponga yo la fe,
donde haya desesperación, ponga yo esperanza,
donde haya tinieblas, ponga yo la luz,
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh, Señor, que no me empeñe tanto
en ser consolado como en consolar,
en ser comprendido, como en comprender,
en ser amado, como en amar;
porque dando se recibe, olvidando se encuentra,
perdonando se es perdonado,
muriendo se resucita a la vida .
Amén.
No importa la edad ni la condición de las personas, cualquiera sea su estrato social, una oración que sea hecha desde el corazón, de seguro llegará al mismo cielo y logrará su cometido: la paz.
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