Oración a Santa Ana para la protección de los hijos
Santa Ana es conocida por ser la madre de la Virgen María, y por lo tanto, abuela de Jesucristo. Es considerada patrona de las familias, los mineros, las abuelas, personas que desean hijos, carpinteros, madres trabajadoras, amas de casa y mujeres en labor de parto.
Aunque la identidad de Santa Ana es descrita en los evangelios apócrifos (extracanónicos), su figura es aceptada por la Iglesia Católica, siendo su festividad celebrada cada 26 de julio.
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De acuerdo con la leyenda aceptada, Ana descendía del rey David y sus parientes formaban parte de la clase sacerdotal judía. Ella y su esposo Joaquín (futuro San Joaquín), vivían de forma acomodada pero no podían tener hijos.
Esta situación empañaba su felicidad, por lo que ambos rogaron a Dios para tener descendencia. Un ángel les informó que sus suplicas serían atendidas y concebirían un hijo, que decidieron dedicar al servicio del Todopoderoso.
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Pasado el tiempo, nació María quien fue entregada al templo por sus padres, donde permaneció hasta el momento de su matrimonio con José.
Como madre atenta, devota y vigilante, Santa Ana es la figura que sirvió como modelo de conducta a María a lo largo de su vida, de allí la adoración que existe en torno a su presencia, como protectora de las familias.
A continuación se transcribe una de las plegarias dedicadas a Santa Ana (de difusión popular y autor desconocido), para obtener la protección de los hijos:
Oración a Santa Ana
¡Oh, Gloriosa Santa Ana! segura protectora nuestra; bendita madre de la Virgen María; esposa del justo San Joaquín; patrona, cuidadora y benefactora de la familia.
A ti, confiadamente, encomiendo mis hijos. Bendícelos ¡Oh misericordiosa Santa Ana! y tómalos bajo tu protección.
Haz de ellos personas de bien, ten compasión y ayúdalos en su caminar. Líbralos de los males que los rodean y cólmalos de tus maternales cuidados, para que siempre estén sanos, felices y gocen de bienestar.
Patrona de las familias, te suplico ampara y ayuda a XXXX (decir los nombres de los hijos), que no padezcan dolores ni enfermedades, que no pasen por sufrimientos ni desdichas y que no carezcan de lo necesario.
Favorécelos para que puedan alcanzar sus sueños y cumplir las metas que se propongan; que no les falte el alimento del alma y el cuerpo. En tus manos pongo sus necesidades temporales y su salvación eterna.
Regálales tu bondad y amor cuando estén tristes, y no dejes que su fe y su ánimo decaiga. Pon en su mente buenos pensamientos y en su corazón buenas actitudes. Aliéntalos en su lucha contra el mal y sostenlos en la práctica del bien.
Llena su vida de amor por Dios y la Virgen. Que entiendan y respeten a sus mayores y que sean sinceros y generosos.
Pide a Dios que no deje de mandarles su amor, pide a la Virgen que los cuide de noche y de día, que los acompañe en las tristezas y en las alegrías, en la salud y la enfermedad, en sus estudios y en todas sus actividades.
Preserva a mis hijos de las injusticias y de los abusos y haz que puedan recibir educación, para que cuando lo necesiten encuentren un gratificante empleo.
Aleja de ellos todo vicio, dependencia y mala compañía. Haz que estén rodeados de buenas personas, que les tiendan la mano cuando lo precisen.
Imprime en sus corazones, mi buena Santa Ana, horror al pecado; apártales del vicio; presérvales de la corrupción; conserva la fe, la rectitud y los sentimientos cristianos, en sus almas; y enséñales, como enseñaste a Tu Purísima Hija la Inmaculada Virgen María, a amar a Dios sobre todas las cosas.
Santa Ana, tú que fuiste Espejo de Paciencia, concédeme la virtud de vencer con paciencia y amor las dificultades que se me presenten en la educación y cuidado de mis hijos.
¡Oh generosa Santa! por todo el amor que tuviste a tu Sagrada Familia,haz que no nos falte nunca la armonía y la felicidad, y que gocemos de bienestar físico y espiritual.
Sostennos en nuestras debilidades y danos fuerza en las adversidades, presérvanos de todo lo que sea dañino y acerca a nosotros todo lo bueno y gratificante.
¡Oh bondadosa Madre Celestial! Que siempre te honremos, como a Jesús y María; que vivamos conforme a la voluntad de Dios; y que después de esta vida hallemos la bienaventuranza en la otra, reuniéndonos contigo en la Gloria, para toda la eternidad.
Amén.
Al terminar la oración, rezar 3 Padres Nuestros, 3 Avemarías y 1 Gloria, como acción de gracias a Santa Ana. Igualmente, se recomienda encender una vela blanca, como ofrenda para la santa.
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